“Me consta que ya llevan tiempo negociando las reformas y las condiciones de este rescate y, en este sentido, falta saber si se va a producir de forma inminente. Si se solicita antes de que acabe el año, será bueno y beneficiará a los activos de riesgo y la RV española, cosa que no ha sucedido en otros casos”. Además, “también permitirá que la prima de riesgo baje y que las empresas puedan financiarse en el mercado “. Sin embargo, “a largo plazo, la realidad de España pesará, así como los conflictos en Asia y la desaceleración mundial”.
“El ‘banco malo
’ es una buena idea, ya que las entidades bancarias cambiarán los activos tóxicos por deuda senior española, es decir, por dinero con el que harán caja. No obstante, lo importante será ver cómo se valorarán estos activos. Si la valoración es baja, será bueno para el ‘banco malo’, pero lo que recibirán a cambio las entidades será menos dinero y viceversa. Si hay sobrevaloración el ‘banco malo’ será inmanejable”. “También será importante que los préstamos a empresas vayan al ‘banco malo’”.
“Cuando ha habido medidas de flexibilización cuantitativa hemos asistido a un repunte de las materias primas, sin embargo, las materias primas industriales, en un escenario de desaceleración no creo que repunten de precio”. En cambio, “el oro, al haber más dólares en circulación, se transformará en un activo refugio. Podríamos ver cierto recorrido al alza”. “El petróleo debería comportarse de una forma similar a las materias primas industriales, aunque las tensiones geopolíticas podrían presionar al alza los precios”. Para invertir en materias primas, el experto aboga por “utilizar fondos mixtos flexibles”.
Luna no aboga por invertir por sectores, “mejor hacerlo con fondos cuyos gestores sean stock pickers, que seleccionen las empresas con oportunidades. Aún así, los sectores más atractivos son el industrial y el tecnológico con empresas que no estén centradas al consumo de Europa y EEUU”.
Las recomendaciones del experto pasan por “la inversión en renta variable americana con divisa cubierta, renta variable alemana o compañías industriales, y renta variable emergente a través de fondos mixtos flexibles”. La parte importante de la cartera debe estar enfocada a “renta fija corporativa, especialmente europea y americana, High Yield norteamericano, retorno absoluto”. Además, el experto añade a su rádar “los fondos inmobiliarios de EEUU”.