La evolución del selectivo español en las fechas más recientes ha sido catastrófica. El descalabro que ha sufrido sobre sus espaldas ha sido demoledor. De todo el optimismo que se instaló sobre los mercados europeos con la implantación del QE, a la nada por las incertidumbres que han ido apareciendo como los brotes pandémicos que de vez en cuando azotan a la población.
Y es que se vivía con una sensación de un rally alcista cuyos niveles máximos se desconocían. Parecía una subida libre. Pero no. Las noticias de Estados Unidos sobre la primera subida de tipos de interés desde el año 2006, en primer lugar, y
la crisis de China con el hundimiento de la bolsa de Shanghai como principal estandarte, en segundo lugar, han provocado una corrección en el índice de referencia de la bolsa española que ha creado escepticismo en analistas e inversores.
La preocupación ha sido un mal creciente y de carácter pegajoso para con el entorno bursátil. Hemos asistido al peor momento del ejercicio y por eso muchos no saben qué hacer. Qué determinación tomar ante los diferentes obstáculos que pueden continuar apareciendo sobre todos los parqués del mundo, y más en concreto, sobre los que puedan visualizarse sobre el de la bolsa de Madrid.
Pero nada más lejos de la realidad. Frente a los descensos que han sufrido las principales cotizadas del Ibex 35 siempre quedan noticias más halagüeñas a las que aferrarse. Principalmente si ponemos la fuerza de los movimientos que realizar en los mercados en este momento en base a la evolución de las rentabilidades por dividendos.
En efecto, mientras los índices mundiales, incluido el de España, caían estrepitosamente, se ha podido observar como el rendimiento por dividendo ha avanzado en el mes de agosto. De hecho, desde julio ha subido tres décimas, mientras el selectivo español sufría su severo correctivo. Tanto que se ha abierto una importante brecha entre la rentabilidad del Ibex 35 y la media del retorno por dividendo de las cotizadas españolas en los últimos cuatro meses.
Rentabilidad por dividendo de las compañías españolas frente al Ibex 35 en los últimos meses. Fuente: Elaboración Propia
Se percibe una variación significativa que puede tomarse como una oportunidad para tomar posiciones, pese al avieso comportamiento del mercado. Es decir, a pesar de los descensos, se pueden capear las pérdidas generadas sobre el parqué madrileño de algunas compañías para los inversores que decidan entrar al mercado gracias al aumento de la rentabilidad por dividendo. Es, de alguna manera, un bálsamo ante la tormenta que ha castigado a las acciones en estas jornadas.
Asimismo, si nos centramos en las proyecciones para el próximo año y para el siguiente, en aras de invertir en compañías por el factor de rentabilidad por dividendo, también se visualiza un repunte que puede ser atractivo. ¿Por qué? Principalmente porque se espera que la media del 2016 se sitúe en el 4,08% y del 4,43% para el 2017. Por lo que, de ser así, sería un factor a tener en cuenta a la hora de tomar posiciones o no en valores en concreto.
Estimaciones de la rentabilidad por dividendo para 2015, 2016 y 2017. Fuente: Elaboración propia
¿Quién se ha beneficiado más de la subida de la rentabilidad por dividendo?
La tónica habitual de las acciones de la bolsa española ha sido la del repunte del rendimiento por dividendo, aunque hay excepciones. El aumento del 0,3% del retorno medio de las compañías que compensan a sus accionistas solo es cuestionado, dentro de las compañías de mayor capitalización del panorama español, por Hispania. En su caso la rentabilidad por dividendo ha caído un 0,071% con respecto a los últimos días.
Evolución de la rentabilidad por dividendo de las cotizadas en el mercado español desde las caídas del Ibex 35. Fuente: Elaboración propia
Sin embargo, el resto puede sonreír bastante. Es el caso de Abengoa B, que mientras se ha desangrado por completo en bolsa, su rentabilidad por dividendo ha crecido casi un 2,5% desde que el Ibex 35 iniciara su desplome el 8 de agosto. Es la más destacada dentro del entorno nacional y con mucha diferencia. Dentro de lo malo, de las pérdidas generadas en la cotización del día a día, algo bueno.
Es el mismo caso de Repsol. Otra de las grandes destacadas de esta situación. Después de la caída del precio del petróleo ha vivido un absoluto vía crucis bursátil. Por el contrario, el retorno por dividendo ha crecido, nada más y nada menos, que un 1,38% durante las últimas semanas. Desde luego es una buena noticia, dentro de que cada vez que se ve un avance en el crudo, también lo recibe el valor como un motivo de celebración. Siempre hay clavos a los que aferrarse...