Estamos en un entorno bastante divergente en los mercados. Mientras que en Wall Street redundan los máximos históricos, en Europa el letargo es mayúsculo. La incertidumbre no ha dejado de hacer sombra en ningún momento con el riesgo político acrecentándose a pasos agigantados a medida que ha avanzado el tiempo. Factores de riesgo que han dado igual si han llegado de la mano de países miembros de la Eurozona –como el caso del referéndum italiano o el Brexit– o lejos de sus fronteras –crisis de China o la victoria de Trump–.
En este clima bastante descorrelacionado entre Estados Unidos y Europa, surgen las dudas sobre lo que puede suceder a partir de ahora en el último mes del año. Es decir, si se terminará produciendo un rally en diciembre –en el caso de la bolsa estadounidense si esas subidas continuarán– o si, por el contrario, el año va a terminar con un sabor amargo producto de esas dudas que embarran el panorama actual.
Frente a este telón de fondo surge la pregunta de qué nos dicen los datos que tenemos hasta ahora. Sobre todo si nos centramos en los últimos veinte años de cotización. En este sentido, lo que se observa es una tendencia clara para el Ibex 35, el S&P 500 y el DAX en diciembre. Se trata de una evolución alcista de estos tres índices que en el caso de los selectivos alemán y español, aglutinan unas probabilidades del 75% de que el mes postrero del año concluya con subidas en relación a estos datos.
Centrándonos en primer lugar en el Ibex 35, lo que se visualiza es que únicamente en cinco ocasiones de las dos últimas décadas ha desarrollado un mes de diciembre con pérdidas. Fue el caso de 2015; con retrocesos del 8,1%, de 2014, con caídas del 4,6%; de 2007, donde el selectivo restó un 3,7%; de 2001, año en el que retrocedió un 9,7%; y de 2000, cuando bajó un 1,1%.
Sobre el índice de referencia del mercado español, además, hay que añadir varios puntos. Por un lado, nunca en la historia ha tenido durante tres años consecutivos un mes de diciembre en negativo. Esta sería la primera vez que ocurriría, aunque obviamente la estadística siempre está para romperse.
Por otro lado, a esta variable habría que añadirle que en el 66,7% de las veces el selectivo ha reaccionado con subidas en diciembre cuando le han predicho descensos. Esto ha pasado favorablemente en el año 2013, en el año 2011, en el año 2010, y en el año 2008. Únicamente en el 2007 y en el 2000, cuando a las caídas de noviembre les prosiguió los retrocesos de diciembre. Justamente en años marcados por la crisis de las puntocom y de las subprime, respectivamente.
También, cabe reseñar que el Ibex 35 más o menos puede acabar el año en línea con su línea histórica. Con sus matices, pero si en el mes de diciembre concluye con una buena revalorización puede estar en torno a esas medidas. En gran parte, sería gracias al buen comportamiento en meses como marzo, abril, julio y septiembre.
En lo que se refiere a otros mercados, el S&P 500 sí que sería más sensible a no tener revalorizaciones más fuertes en diciembre si miramos a los datos estadísticos. En las ocasiones en las que en diciembre ha habido incrementos tan pronunciados, de más del 3%, como es el caso del presente mes de noviembre, el índice ha tenido un comportamiento dispar: en la mitad de las veces se han producido subidas y en la mitad se han producido caídas.
Por eso, no se puede sacar una conclusión tan clara y puede haber más sensibilidad en esta ocasión. Lo que sí es cierto es que en los últimos veinte años, en el 70% de las ocasiones sí que se ha plasmado un rally de final de año en el S&P 500. Tan solo en seis de los últimos 20 años diciembre ha cerrado con descensos.
En último lugar, con respecto al DAX, que es el índice de referencia del mercado europeo, tiene una media de subida del 2,2% en el mes de diciembre. Solo en cinco ocasiones ha cerrado el último mes del año, de las cuales dos han sido en los últimos dos ejercicios (-5,6% en 2015 y -1,8% en 2014). Como balance, en el 75% de las ocasiones el selectivo desarrolla un rally en diciembre.
Del camino que tome en diciembre dependerá si cierra o no el último trimestre en positivo. Con diferencia es el mejor periodo en el que se comporta el DAX con una revalorización en promedio del 2,56%. Como dato, es destacable que siempre que solo en una ocasión que ha cerrado en negativo noviembre, ha desarrollado más caídas en el mes siguiente.