De media el el mundo, la bolsa ha subido un 5,1% cada año desde 1900 hasta finales del año pasado. En este tiempo, el mercado español apenas se ha apreciado un 3,6%, muy por debajo de la media global. La que más ha subido en este tiempo ha sido la sudafricana, que se ha apreciado un 7,2%, seguida de Australia, con una media del 6,8%, Estados Unidos, que ha avanzado un 6,4% cada año y Nueva Zelanda, que se ha apreciado un 6,2% cada ejercicio en este tiempo.
Tener la perspectiva del largo plazo nos ayuda a compensar los momentos de estrés de las bolsas. No hay que olvidar que incluso en periodos de 20 años se suelen observar este tipo de comportamientos poco usuales.
Solo en lo que llevamos de siglo se han vivido varios de los mercados bajistas más acusados de la historia. El que duró desde el año 2000 hasta 2003 que llevó a la bolsa americana a caer un 45%; Ese momento fue seguido por un proceso de recuperación que permitió que algunos mercados casi compensaran las caídas anteriores. Todo hasta 2007, cuando se produjo la crisis financiera que mantuvo a los mercados casi en caída libre hasta marzo de 2009. No fue hasta 2013 cuando los principales mercados del mundo alcanzaron los niveles de 2000.
Estos datos proceden del “anuario 2017 de rentabilidad de las inversiones mundiales”, elaborado por Credit Suisse Research Institute en colaboración con el London Business School. Este estudio ha logrado aglutinar datos de unos mercados que han cambiado radicalmente en estos 117 años. Comentan los autores que, por ejemplo, en Estados Unidos hace más de un siglo más del 80% del mercado estaba en compañías que ahora son pequeñísimas o que han desaparecido: ferrocarriles, textiles, aluminio, carbón… Con todo, señalan, siguen existiendo similitudes como la importancia del sector bancario y asegurador, o la alimentación y bebidas.
Este anuario señala que la “era dorada “ de los mercados se produjo en las décadas de 1980 y 1990. En este tiempo, la inflación cayó desde máximos, lo que conllevó descensos en tipos de interés y rentabilidad de los bonos. Esto, a su vez, provocó un fuerte crecimiento de los beneficios, lo que generó fuertes subidas tanto para la bolsa como para los bonos. En esos años, la rentabilidad real de la bolsa en el mundo fue de un 10,6%, frente al 1,9% de los últimos 17 años.
La bolsa española
Este estudio señala que aunque en las décadas de los 60 y los 80 de siglo pasado, la bolsa de nuestro país vivió un fuerte bull market que situó a nuestro mercado como el segundo mejor del mundo, los 70 nos llevaron a ser uno de los peores del globo. Desde 1990 al finales del año pasado, la prima de la renta variable sobre los bonos ha sido de un 1,7%, mucho más baja que en cualquier otro país estudiado.
Señalan que “aunque España se mantuvo al margen de las dos grandes guerras mundiales, su bolsa perdió gran parte de su capitalización durante la Guerra civil (1936-1939). Cuando el país entró en democracia en los 70, se coincidió con un periodo en el que el precio del petróleo se cuadruplicó, lo que perjudicó mucho por la dependencia del país de las importaciones de hidrocarburos (satisfacían un 70% de las necesidades de energía).” De hecho, fue 1977 el año en el que se produjo la mayor caída anual del índice.
En la época más reciente, en el estudio apuntan que la bolsa española fue “muy afectada por la crisis financiera y sufrió un fuerte déficit. Por otro lado, los bancos estuvieron muy expuestos al colapso del sector inmobiliario y la construcción. Las medidas de austeridad puestas en marcha produjeron una de las tasas de desempleo más altas de Europa. En cualquier caso, España está ahora volviendo al crecimiento”.
Precisamente durante estos años, a los inversores españoles les ha salido más rentable invertir en bonos de nuestro país que en renta variable. Tal y como se puede ver en el gráfico, la rentabilidad de la bolsa ha sido de un 2,3%, frente al 5,1% de los bonos.
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