El miedo asola a los parqués. Ese podría ser el resumen de los días de cotización que llevamos desde que se diera el pistoletazo de salida al 2016. El temor a una recesión global planea sobre el ambiento y eso provoca la inquietud de los inversores que optan por opciones vendedoras antes que compradoras hasta que se esclarezca la situación.
Yéndonos al escenario español, a la incertidumbre general hay que añadirle problemas propios que estamos viendo durante estos días. Y es que el espectro político sigue sin mostrar una solución concreta, por lo que el Ibex 35 es el selectivo europeo que peor se comporta en comparación con el resto de homólogos europeos de tamaña relevancia.
Así, aunque cada periodo responde a un momento de la historia en concreto, atender con perspectiva al desarrollo que ha tenido la bolsa española puede servir de cierta utilidad, pese a que no sea nada concluyente. Los datos son los que son y ahí quedan reflejados. Evidencian la constatación de la causa-efecto, o lo que es lo mismo, la tendencia que se ha creado en función al reflejo de unos números u otros.
Para ser más exactos, las pérdidas que observamos durante los últimos 31 días podrían dar su continuidad en el mes que acaba de arrancar. Al menos, si nos fijamos en el promedio histórico, lo que vemos con nítida claridad es que en la mayoría de las ocasiones en las que el mercado ha tenido un comportamiento negativo en el primer mes del año, también lo ha desarrollado durante el mes de febrero.
Vamos a ir paso por paso. El inicio del año no es el mayor fuerte del Ibex 35. La importante corrección que hemos sufrido en nuestra bolsa que se inició con las caídas del 8,1% en diciembre, no son casualidad si se observa el balance en las últimas dos décadas. De hecho, en 8 de las últimas 20 ocasiones enero ha sido un mes nefasto para el índice de referencia del mercado español.
¿Y qué ocurre cuando ya se han producido esos descensos en el primer mes del año? Como veníamos indicando en el 57% de las ocasiones que eso ha sucedido, el siguiente mes también ha terminado con minusvalías. O lo que es lo mismo en cuatro ocasiones de las siete veces en las que el ejercicio ha arrancado en números rojos.
Sin embargo, esto se agudiza más si, en vez de medirlo en un espacio más largo de tiempo, lo reducimos a los últimos diez años. Lo que se puede concluir en tales momentos es que siempre que se han visto caídas en enero, inmediatamente después, en el mes de febrero, se han prolongado esas pérdidas.
Eso es lo que hemos visto en el Ibex 35 en 2008 –con caídas en enero del 12,9% y en febrero del 0,4%–; en 2009 –con descensos del 8,1% en enero y del 9,8% en febrero–; en 2010 –cuando el selectivo español cayó un 8,3% en enero y un 5,6% en febrero–; y por último en 2012 –con retrocesos del 0,7% en enero y en febrero del 0,5%–.
El Ibex 35 no es el peor índice europeo en febrero
Por el contrario, si hacemos esa misma comparación con el resto de índices europeos de mayor importancia lo que vemos es que el selectivo español no es, ni mucho menos, el que peor actuación tiene en el mes de febrero.
En este sentido, sería el Mib italiano el que se situaría a la cabeza con subidas del 0,3%, seguido del DAX y el CAC 40, con revalorizaciones del 0,6%, respectivamente; y del FTSE-100, con un incremento del 1% en el segundo mes en el calendario. El Ibex 35, por su parte, tendría una rentabilidad media del 1,6% en febrero. Eso sí, potenciado en su mayoría por las veces en las que en enero no hemos visto caídas. Algo que este año no ha sucedido…
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