- La renta variable se desinflará
: siempre se ha dicho que las bolsas descuentan con 6 meses de anticipo la situación económica, pero ¿es realista pensar que en 6 meses la economía de EEUU y Alemania estarán en situación pre-crisis? Porque, al menos, eso es lo que indican los máximos históricos del Dow Jones, el S&P 500 y el Dax, alcanzados con anterioridad en 2007. Todo es fruto de las inyecciones de liquidez que, según soledad Pellón, estratega de mercados de IG, “son gasolina para las bolsas. En muchos casos parte de ese dinero va a parar a la renta fija que, al mejorar, también tiene un efecto mejor en la renta variable. Pero a largo plazo nos encontramos con que esta liquidez tendrá que ser drenada teniendo el efecto contrario en las bolsas”.
- Posibles episodios inflacionistas: si el dinero impreso de más no activa la economía doméstica, se podría crear una burbuja inflacionista. De momento, este dinero y los bajos tipos de interés están ayudando a subir los mercados de inversión pero esto no está viéndose reflejado en una mejora de la economía real. Es por ello que Pellón afirma que “se podría crear una situación de inflación descontrolada”.
- Subidas del precio del oro: consecuencia de una posible situación inflacionista sería la subida del precio del oro. El metal precioso recobraría el valor de activo refugio: “si vemos que las inyecciones de liquidez en Japón no funcionan y se dispara la inflación, entonces habría que invertir en oro”, afirma Víctor Alvargonzález, director de inversiones de Tressis. Si el precio del oro estuviera afectado por la inflación, las referencias técnicas ahora mismo serían complicadas de indicar, pero “podríamos volverlo a ver en zonas de 2.000-2.500 dólares”, dice Ramón Morell, responsable de ETX Capital.