No existen precios bajos sin malas noticias. Las noticias son malas: al duro impacto de la crisis de sanitaria hay que sumar el frente abierto por la guerra del petróleo y sus importantes daños colaterales. Toda la información gira en torno a COVID-19, nada más existe, y nuestro índice de sentimiento ha entrado en modo depresivo. Al desplome del