Estructura de una estrategia de inversión
Al igual que un capitán general tomará las decisiones en función a su ejército y a su oponente o un director general en base a sus recursos y la competencia, un inversor decidirá sus posiciones en base a sus recursos (a su capital) y al mercado. El objetivo de un inversor será batir a un determinado benchmark o referencia u obtener una rentabilidad en términos absolutos. De esta manera una estrategia de inversión tiene que responder a las siguientes preguntas; ¿qué?, ¿cómo?, ¿cuándo? y ¿cuánto?
Formas de alcanzar el objetivo de rentabilidad
La respuesta a cada una de estas preguntas vendrá determinada por nuestro objetivo final que será obtener una rentabilidad X asumiendo un riego Y. Tenemos que ser conscientes de que no solo vale con alcanzar una determinada rentabilidad, también importa y mucho la forma de hacerlo. De la velocidad y el ruido con el que se mueve nuestra cartera es de lo que trata el actual artículo. Si atendemos al gráfico superior encontramos dos sendas o carteras que llegan al mismo punto final pero una lo hace de forma suave que hemos bautizado como balsa de aceite y la otra que lo hace con grandes dientes de sierra que hemos denominado ulcerosa por el desgaste que proporcionaría a nuestra salud.
De forma intuitiva conocemos las normas básicas de reducir el riesgo. La primera es la diversificación que está estrechamente relacionada con uno de los grandes errores al invertir en mercados financieros que es poner todos los huevos en la misma cesta (ver “Los 8 errores al invertir en bolsa”). Diversificar por activos financieros (renta fija, renta variable, divisas, depósitos…) teniendo en cuenta las correlaciones existentes permitirá reducir la volatilidad de la cartera. No me gustaría acabar este apartado sin mencionar que la diversificación también puede residir en la estrategia que aplicamos (ver “Alternativas de inversión en tiempos revueltos. Una opción por estrategia”).
Otra clara forma de reducir el riesgo es invertir en los activos más líquidos disponibles. Entendemos por liquidez