Ocurre con relativa frecuencia que un inversor tiene tomada una posición en un valor y no quiere deshacerla por diferentes motivos -principalmente de carácter fiscal- aunque crea que hay mejores oportunidades a corto plazo en el mercado. Los futuros sobre acciones permiten al inversor de una forma sencilla cambiar su inversión de una acción a otra de forma temporal.
Se trata en realidad de una aplicación práctica de la anterior estrategia: se está apostando por una acción frente a otra. Lo relevante no es que se crea que una acción va a bajar y la otra subir, sino que una va a ir mejor que la otra (subir más si las dos suben y bajar más si las dos bajan). Por supuesto, de lo que se trata es de
describir las posibilidades que se abren, pero en ésta, como en casi todas las estrategias descritas, se corre siempre el riesgo de tomar la decisión equivocada. abr>
El juego de las garantías con acciones
La operación de cambiar de una acción a otra se puede realizar vendiendo un futuro de la acción en cartera y comprándolo de aquella que se cree que evolucionará mejor. Evidentemente, es una operación que por ahora sólo es posible para los cinco títulos sobre los cuales se lanzan futuros inicialmente. Como se ha visto, para operar con
futuros es posible aportar como garantía acciones del Ibex 35 por el 75% de su valor (esto es, con un descuento del 25%). De ese modo, en esta estrategia las propias acciones que no se quieren vender son las que pueden servir de garantía, ya que la garantía necesaria es sólo del 15% de la posición tomada en los futuros sobre BBVA, BSCH, Endesa y Repsol y del 20% en el caso de los futuros sobre Telefónica.
En todo caso, antes de empezar a operar el intermediario correspondiente solicitará al cliente una provisión de fondos suficiente para cubrir la liquidación diaria de las posibles pérdidas en la posición tomada. Además, los intermediarios son libres de solicitar más garantías que las que pide MEFF, por lo que conviene que cada cliente
aclare esos extremos con la entidad correspondiente.
Se trata en realidad de una aplicación práctica de la anterior estrategia: se está apostando por una acción frente a otra. Lo relevante no es que se crea que una acción va a bajar y la otra subir, sino que una va a ir mejor que la otra (subir más si las dos suben y bajar más si las dos bajan). Por supuesto, de lo que se trata es de
describir las posibilidades que se abren, pero en ésta, como en casi todas las estrategias descritas, se corre siempre el riesgo de tomar la decisión equivocada. abr>
El juego de las garantías con acciones
La operación de cambiar de una acción a otra se puede realizar vendiendo un futuro de la acción en cartera y comprándolo de aquella que se cree que evolucionará mejor. Evidentemente, es una operación que por ahora sólo es posible para los cinco títulos sobre los cuales se lanzan futuros inicialmente. Como se ha visto, para operar con
futuros es posible aportar como garantía acciones del Ibex 35 por el 75% de su valor (esto es, con un descuento del 25%). De ese modo, en esta estrategia las propias acciones que no se quieren vender son las que pueden servir de garantía, ya que la garantía necesaria es sólo del 15% de la posición tomada en los futuros sobre BBVA, BSCH, Endesa y Repsol y del 20% en el caso de los futuros sobre Telefónica.
En todo caso, antes de empezar a operar el intermediario correspondiente solicitará al cliente una provisión de fondos suficiente para cubrir la liquidación diaria de las posibles pérdidas en la posición tomada. Además, los intermediarios son libres de solicitar más garantías que las que pide MEFF, por lo que conviene que cada cliente
aclare esos extremos con la entidad correspondiente.
Términos asociados
Futuros sobre acciones: primero vender y luego comprar
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