Ya no sólo es posible comprar si se cree que una acción va a subir o vender si se cree que va a bajar, como ocurre en el mercado de contado. Los futuros permiten estrategias nuevas, como apostar por una mejor evolución de una acción frente a otra. Esto es posible mediante una operación tan sencilla como comprar futuros de una acción y vender futuros de la otra. La ganancia o pérdida total dependerá de la evolución de ambas, pero el resultado neto no vendrá
marcado por la evolución absoluta, sino por la evolución relativa.
Supongamos, por ejemplo, que un inversor cree que en la coyuntura actual de crecimiento económico, tipos de interés, perspectivas de Latinoamérica o incertidumbres regulatorias, los bancos evolucionarán mejor que las eléctricas y, en particular, que el BSCH irá en Bolsa mejor que Endesa, independientemente de si la Bolsa sube o baja.
En tal caso comprará futuros de BSCH y venderá futuros de Endesa. No hay que comprar y vender el mismo número de futuros de un valor y otro, sino el número que lleve a que las posiciones tomadas tengan un valor económico equivalente. En el ejemplo propuesto se han comprado el doble de futuros de BSCH de los que se han vendido de
Endesa, pero la posición tomada es económicamente equivalente.
Combinaciones limitadas
Es posible, por tanto, apostar por uno de los dos grandes
bancos frente al otro, o tomar posiciones en Endesa frente
a Repsol, o entre cualquiera de esos títulos frente a
Telefónica, etcétera. Por ahora las combinaciones son
limitadas, ya que sólo se lanzan inicialmente futuros sobre
cinco valores, lo que abre la posibilidad de 10 pares de
valores diferentes. Cuando lleguen los contratos sobre
Amadeus, Gas Natural, Iberdrola, Terra y TPI o los demás
que paulatinamente vaya lanzando MEFF se ampliará el
abanico de posibilidades. El inversor podrá poner a
competir a Terra o TPI con Telefónica, a Repsol con Gas
Natural, a Iberdrola con Endesa... Cuando haya contratos de
futuros sobre 10 valores, las posibles parejas ascenderán a
un total de 45.
marcado por la evolución absoluta, sino por la evolución relativa.
Supongamos, por ejemplo, que un inversor cree que en la coyuntura actual de crecimiento económico, tipos de interés, perspectivas de Latinoamérica o incertidumbres regulatorias, los bancos evolucionarán mejor que las eléctricas y, en particular, que el BSCH irá en Bolsa mejor que Endesa, independientemente de si la Bolsa sube o baja.
En tal caso comprará futuros de BSCH y venderá futuros de Endesa. No hay que comprar y vender el mismo número de futuros de un valor y otro, sino el número que lleve a que las posiciones tomadas tengan un valor económico equivalente. En el ejemplo propuesto se han comprado el doble de futuros de BSCH de los que se han vendido de
Endesa, pero la posición tomada es económicamente equivalente.
Combinaciones limitadas
Es posible, por tanto, apostar por uno de los dos grandes
bancos frente al otro, o tomar posiciones en Endesa frente
a Repsol, o entre cualquiera de esos títulos frente a
Telefónica, etcétera. Por ahora las combinaciones son
limitadas, ya que sólo se lanzan inicialmente futuros sobre
cinco valores, lo que abre la posibilidad de 10 pares de
valores diferentes. Cuando lleguen los contratos sobre
Amadeus, Gas Natural, Iberdrola, Terra y TPI o los demás
que paulatinamente vaya lanzando MEFF se ampliará el
abanico de posibilidades. El inversor podrá poner a
competir a Terra o TPI con Telefónica, a Repsol con Gas
Natural, a Iberdrola con Endesa... Cuando haya contratos de
futuros sobre 10 valores, las posibles parejas ascenderán a
un total de 45.
Términos asociados
Futuros sobre acciones: primero vender y luego comprar
Futuros sobre acciones: primero vender y luego comprar Un futuro es un contrato a plazo negociado en un mercado organ ...
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