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    Estrategia: Primero Vender y Luego Comprar

    ¿Qué es la estrategia de primero vender y luego comprar?

    El inversor que opere con futuros sobre acciones y apueste por una bajada, debe abrir su posición (empezar a operar) vendiendo futuros. Si efectivamente la cotización de la acción cae -y con ella el precio del futuro-, puede cerrar la posición comprando los futuros que antes había vendido a un precio superior. En realidad, al vender un futuro no se recibe su cuantía, sino que se toma una posición a partir de la cual se calculan las pérdidas y ganancias diarias. Aunque se haya empezado por vender, hay que aportar la garantía (del 15% o 20%, según la acción que sirve de subyacente al futuro de que se trate). La posición se cierra al comprar un futuro posteriormente, pero esa compra no supone desembolso, sino cierre de la posición abierta previamente.

    Un inversor a medio plazo puede cerrar su posición para el vencimiento más próximo y trasladarla al siguiente (operación conocida como roll over o rolar). Si se llega al vencimiento con una posición abierta, se estará obligado a comprar o vender -según la posición sea de uno u otro signo- 100 acciones al precio técnico de entrega, que es el precio medio ponderado del día de vencimiento.

    Bolsas de futuros y operaciones

    Las bolsas de futuros admiten que la primera transacción de un inversor sea una venta. Es decir, no tiene porqué "jugar al alza" comprando primero para vender cuando el precio del contrato suba (si es que sube), sino que puede "jugar a la baja" vendiendo primero. En ambos casos la bolsa exige que se deposite en su cuenta una cantidad, denominada margen ("margin") o colateral, en garantía de que al vencimiento el operador cumplirá su compromiso, ya sea de entrega, si ha vendido, o de recepción si ha comprado.

    Estos márgenes deben pagarlos los miembros de las bolsas de futuros, que a su vez los cobran de sus clientes. Generalmente el margen es una pequeña parte, (entre el 5% y el 15%), del valor del contrato con lo que una pequeña oscilación en el precio del contrato puede tener una repercusión importante en el valor del colateral, y esa repercusión, tanto si es beneficio como perdida, se carga en la cuenta del inversor de forma diaria.

    ¿Qué son los futuros?

    Un futuro es un contrato a plazo negociado en un mercado organizado, por el que las partes acuerdan la compraventa de una cantidad concreta de un valor (activo subyacente) en una fecha futura predeterminada (fecha de liquidación), a un precio convenido de antemano (precio de futuro). Es decir, se trata de contratos a plazo cuyo objeto son instrumentos de naturaleza financiera (valores, índices, préstamos o depósitos...) o ‘commodities’ (es decir, mercancías como productos agrícolas, materias primas...).

    Por lo tanto, la diferencia entre un contrato forward como el mostrado en el ejemplo y un contrato de futuro, radica fundamentalmente en que en el contrato forward los contratantes fijan las condiciones del acuerdo según sus necesidades, mientras que en el contrato de futuro las condiciones que lo rigen están estandarizadas. A modo de ejemplo, la compra de un contrato a plazo podría asimilarse a encargar un traje a medida mientras que un futuro sería equivalente a comprar en un gran almacén con tallaje fijo y sin posibilidad de arreglo.

    Una vez que se tiene claro lo que es un futuro, y en lo que consiste la estrategia de primero vender y luego comprar, operar no es complicado. Si se tiene claro que una acción va a bajar, pero nos gusta el negocio, esta estrategia se fundamente en primero vender el futuro y, posteriormente, comprar la acción cuando creamos que ha tocado suelo y se puede recuperar.

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