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    Subasta de volatilidad

    ¿Qué es la subasta de volatilidad?

    Las subastas de volatilidad es un mecanismo que permite la interrupción temporal de la negociación continua de un activo cuando se produce una excesiva oscilación en su cotización. De esta forma, el mercado asegura que, en momentos de alta volatilidad, haya una variación ordenada de precios. Las subastas por volatilidad entraron en funcionamiento el 14 de mayo de 2001, en sustitución de los límites máximos de fluctuación del 15-25%. La subasta gestiona la oscilación de precios de forma individualizada, en función de la volatilidad histórica del activo. Estas subastas se producen por la ruptura de las variaciones máximas permitidas. Estas variaciones máximas son únicas por valor y se calculan en función de la volatilidad histórica más reciente del activo. Cuando el precio al que se va a negociar un valor está en el límite de alguno de estos dos máximos, el valor automáticamente pasa a situación de subasta de volatilidad.

    La subasta de volatilidad dura cinco minutos, a lo que se añade un cierre de 30 segundos durante los cuales, en cualquier momento y sin previo aviso, se acaba la subasta y se asignan los títulos. El precio que resulte de la subasta pasa a ser el nuevo precio estático y el valor comienza de nuevo a negociarse con normalidad. La subasta por volatilidad no puede tener extensiones. Durante este periodo se introducen, modifican y cancelan órdenes, pero no se pueden cruzar operaciones. En las bolsas americanas se habla de los "trading halts" para referirse a las paradas en la negociación continua de un activo, decididas por la comisión de supervisión cuando llega información significativa del mercado. En otros mercados, por ejemplo, el de futuros americanos, el japonés o el de Taiwán se utilizan los límites de precios ("price limits") como mecanismo de control de movimientos de precios poco usuales. A diferencia de lo que ocurre en las subastas de volatilidad españolas, en los "trading halts" y los "price limits" la duración de la subasta se desconoce hasta el momento de su activación.

    Más detalles de la subasta de volatilidad

    Como ya se ha dicho, esta herramienta sirve para proteger a los participantes del mercado de una variación excesiva de los precios de un activo. Por ejemplo, cuando una acción está realizando movimientos muy bruscos que puedan ser interpretados como algo extremo o de manipulación. Para ello, se suspende temporalmente la cotización del activo y, una vez que finalice la mencionada subasta se seguirá negociando al precio resultante tras esta realización. Pero, esto no debe confundirse con la suspensión de la cotización. En este segundo caso, la CNMV puede entender que se están dando circunstancias que pueden perjudicar a los inversores y procede a suspender de manera temporal la cotización de un activo.

    Una diferencia entre la subasta de volatilidad y la suspensión de cotización está también en el periodo de tiempo. En el caso de la subasta, dura 5 minutos y sirve para estabilizar el precio, que estaría realizando movimientos bruscos. Mientras que en el segundo, el periodo de tiempo puede ser más o menos dilatado en función de lo que comprenda la CNMV y hasta que dé un nuevo aviso.

    Por último, para comprender estas subastas de volatilidad tenemos que tener claros dos conceptos como el precio estático y dinámico. El estático es el que se marca al comienzo y al final de la subasta, mientras que el dinámico es el precio negociado después de la entrada de cada orden de compra o venta. En nuestro país el Sistema de Interconexión Bursátil Español es el encargado de realizar esta subasta en el precio que es para tratar de moderar movimientos bruscos. Mientras que la suspensión de la cotización puede tener otras derivadas detrás más graves y que estudiará la CNMV.

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