¿Qué es el lavado de cupón?
La operación de venta y recompra pactada sobre un título antes y después de un reparto de dividendo o del inicio de una ampliación de capital con el solo objetivo de conseguir ventajas fiscales. En definitiva, se trata de una operación que lo que busca es generar un ahorro fiscal, a la vez que supone una merma para la recaudación de los diferentes Estados. De hecho, algunos países como Alemania han puesto la lupa sobre estas actividades, que se pueden hacer tanto con activos de renta fija como de renta variable.
En el caso de la renta fija, el lavado de cupón se basa en vender un valor a un no residente en el país con anterioridad a la fecha de pago del cupón que lleva implícito ese bono, además de la recompra posterior tras el pago del cupón. Es decir, un inversor español que posea un bono de renta fija, cuyo pago de cupón se efectúa el 23 de mayo, vendería el cupón a un no residente en España el día 18 de mayo – o cualquier fecha anterior al abono del cupón – para volver a comprar el mismo bono una vez efectuado el pago. Es decir, lo podría recomprar el mismo 24 de mayo.
Esta es una manera de evitar la retención fiscal por los intereses cobrados que aplica Hacienda a los residentes españoles, y que no se aplica a los no residentes. Algo que se está intentando paliar con diferentes reformas mediante el IRPF para evitar que se den este tipo de prácticas que suponen una merma en los ingresos del Estado.
Aunque tenga el nombre de lavado de cupón – un término asociado a la renta fija – también puede aplicarse a la renta variable. Aquí la práctica se basa en el traspaso de acciones de empresas que pagan dividendos para después recomprar esos mismos títulos, pero sorteando esos pagos a Hacienda por los intereses generados con las inversiones. Es decir, si tenemos una acción de Bank Of America, antes de que pague el dividendo la traspasamos para después volverla a comprar ahorrándonos la retención fiscal.
Generalmente son procesos que suelen llevar a cabo los grandes patrimonios, ya que tiene una gran ingeniería financiera tras estas operaciones. Del mismo modo, se suele ver como arbitraje fiscal entre dos Estados. El propósito de los inversores que realizan esto es la elusión del pago fiscal que supone el cobrar intereses por los cupones cobrados o por los dividendos pagados.
¿Cómo beneficia el lavado de cupón más allá de la fiscalidad?
Los emisores de bonos realizan pagos periódicos de intereses, llamados cupones, a los tenedores de bonos a lo largo de la vida del título de deuda. Los cupones pueden pagarse trimestral, semestral o anualmente, y representan ingresos por intereses para los inversores. Los ingresos por intereses son gravados por el gobierno al final del año fiscal.
Después de que se pague un cupón, el precio del bono suele disminuir en la cantidad del cupón. Un inversor que vende sus bonos antes del pago del cupón y los recompra después de que se haya efectuado el pago, lo hace para convertir los ingresos por intereses en una ganancia de capital, un proceso conocido como lavado de bonos.
El lavado de bonos es una estrategia más eficaz para los bonos que pagan intereses. Sus beneficios de evasión fiscal son inexistentes para los bonos de interés diferido o los bonos de cupón cero que pagan los intereses devengados sólo al vencimiento.
El precio de venta, que suele ser la misma cantidad que el precio de compra original, también es acordado por ambas partes implicadas en la operación. De esta manera, el inversor original de bonos vuelve a tener el bono, pero evita pagar impuestos sobre los ingresos del cupón del bono. En efecto, el inversor genera una ganancia de capital libre de impuestos en su transacción de venta y recompra.