¿Qué es el Flow Back?
El flow back o flujo de retorno es el papel que afluye al mercado procedente de la ampliación de capital que suele tener un efecto diluctivo con el consiguiente perjuicio a corto sobre la cotización.
El flowback es la venta posterior de las acciones del adquirente por parte de un inversor tras la finalización con éxito de una fusión por intercambio de acciones. En ocasiones, los inversores institucionales no pueden tener acciones extranjeras según su mandato de inversión. Pueden estar restringidos a tener sólo acciones nacionales. En el caso de una adquisición exitosa, si el adquirente está domiciliado en el extranjero y financia la operación con sus propias acciones, se producirá la propiedad posterior de una acción extranjera, lo que infringe las normas de inversión. La venta de esta posición se conoce como "Flowback", ya que las acciones "fluyen" de vuelta al país del oferente.
En teoría, esta situación puede darse en cualquier inversor en fusiones y adquisiciones que no desee poseer acciones extranjeras por cualquier motivo y opte por venderlas al hacerse con la propiedad de las acciones del adquirente. Sin embargo, en la práctica, el propietario de las acciones objetivo suele decidir venderlas en el mercado nacional inmediatamente antes de la consumación de la operación. De este modo se evita por completo la situación de Flowback y se incrementa el margen de arbitraje de la fusión. Otra forma de evitar o reducir la situación es que el adquirente aumente el componente de efectivo ofrecido en la operación.
En caso de que las acciones de la adquirente comiencen a cotizar en una bolsa de valores nacional en la que esté domiciliado el actual accionista objetivo, posiblemente en forma de American Depositary Receipts (ADR) o un instrumento equivalente, es posible que el accionista pueda seguir poseyendo las acciones de la adquirente dentro de sus propias directrices de inversión.
Los efectos del Flowback
La mayoría de los casos de reflujo se deben a fondos de seguimiento de índices, como los fondos cotizados (ETF). Estos fondos invierten y siguen el rendimiento de un índice subyacente, como el índice S&P 500 en Estados Unidos o el índice FTSE-100 en el Reino Unido. Este tipo de estrategias de inversión pasiva cuentan con importantes fondos gestionados. Poseer acciones del adquirente a través de una fusión o adquisición no es factible para estos fondos. Por lo tanto, se ven obligados a liquidar la posición y reequilibrar sus participaciones para reflejar el nuevo participante en el índice. Inmediatamente después del cierre de la operación, se inicia el proceso de liquidación del flujo de vuelta, ya que las órdenes de venta entran en el mercado de las acciones del adquirente. Esto provoca un desequilibrio temporal de liquidez en las acciones del adquirente, lo que deprime el precio de la acción. La duración de este evento depende de la cantidad de acciones emitidas en la operación y del nivel de agresividad en la venta. Dependiendo de la volatilidad general del mercado en ese momento, puede ser muy difícil observar esta presión de venta adicional en la práctica. Un indicador clave es el volumen de acciones negociadas en relación con la actividad general del mercado antes y después de la consumación de la operación.
Hay muchos ejemplos de adquisiciones extranjeras utilizando sus propias acciones. En 2003, General Electric (GE) lanzó una oferta de 5.700 millones de libras esterlinas por Amersham, la empresa sanitaria del Reino Unido. Los arbitrajistas de fusiones pudieron comprar acciones de Amerhsam con un margen de fusión más amplio de lo que cabría esperar, ya que los inversores vendieron sus posiciones para evitar el problema del flowback. Sin embargo, una vez completada la operación, los efectos del flowback, si los hubiera, eran difíciles de controlar debido al tamaño relativo de GE. Sin embargo, eso no habría impedido que los participantes en el mercado vigilaran las acciones durante un tiempo.