¿Qué es abrir cortos en bolsa?
Abrir una posición corta o abrir un corto se refiere a la acción de vender un activo con anterioridad, esperando que este se deprecie, con el fin de recomprarlo más barato en el futuro. Es decir, se abrirá una posición corta con el objetivo de aprovechar un posible movimiento bajista del activo.
De esta forma, para abrir una posición corta se toman prestadas acciones de inversores del valor, para poder venderlas en el mercado. Cuando se deben devolver las acciones, el inversor que ha abierto un corto debe recomprar dichas acciones y, si el valor se ha depreciado, obtiene la diferencia entre el precio a las que vendió y el de recompra.
La pérdida del inversor bajista se produce si las acciones han aumentado de valor. Este tipo de operaciones únicamente se pueden llevar a cabo mediante contratos de derivados sobre acciones, para lo que es necesario contratar los servicios de un bróker.
Desde 2010, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) exige la comunicación de toda posición sobre cualquier valor cotizado español que supere el 0,2% del capital social y hará públicas las inversiones bajistas que excedan del 0,5% del capital.
La forma en que los inversores suelen ganar dinero con las acciones es sencilla: Comprar una acción con la previsión de que su precio subirá con el tiempo y, si lo hace, venderla más tarde para obtener un beneficio. Esto se considera "ir en largo".
Pero las acciones no tienen que subir para que los inversores ganen dinero con ellas. Los inversores también pueden beneficiarse si el precio de las acciones cae, y esto es la conocida venta en corto.
¿Qué es la venta en corto?
La venta en corto es cuando un comprador toma prestadas acciones de un bróker y las vende inmediatamente con la expectativa de que el precio de las acciones caerá poco después. Si lo hace, el operador puede volver a comprar las acciones al precio más bajo, devolverlas al corredor y quedarse con la diferencia como beneficio.
He aquí un ejemplo: Pides prestadas 10 acciones de una empresa (o de un ETF o REIT) y las vendes inmediatamente en bolsa a 10 euros cada una, generando 100 euros. Si el precio baja a 5 euros por acción, podrías utilizar tus 100 euros para volver a comprar las 10 acciones por sólo 50 euros, y luego devolver las acciones al corredor. Al final, se obtienen 50 euros por la venta en corto (menos las comisiones, los honorarios y los intereses).
Esto parece bastante sencillo, pero la venta en corto de acciones es mucho más que entender el concepto, y la estrategia conlleva el riesgo de sufrir graves pérdidas. Los inversores pueden utilizar una estrategia de venta en corto como una forma de especulación. En otras palabras, se trata de una maniobra de alto riesgo que podría reportar grandes beneficios a cambio de asumir un riesgo excepcional. Mientras que un inversor a largo plazo puede basar su decisión en un examen exhaustivo de las finanzas, la gestión y el potencial futuro de la empresa, un especulador puede basar su decisión en el análisis de los movimientos de precios a corto plazo y las señales del mercado con la esperanza de obtener beneficios rápidos.
La venta en corto de una acción también puede utilizarse como cobertura. Supongamos que posees acciones de una empresa y tienes dudas sobre su rendimiento a corto plazo, pero no quieres vender tus acciones. En este caso, podrías seguir manteniendo tus acciones a largo plazo mientras te pones en corto, comprando de nuevo a un precio más bajo si el valor de la acción cae. El objetivo es compensar las pérdidas de tu posición larga.
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