¿Qué es el valor sustancial?
En función de este método de valoración, el valor de la empresa es el valor real presente de mercado del conjunto de los bienes empleados en la explotación o producción, independientemente de su financiación. Para su cálculo se realiza un ajuste del activo total neto de la empresa (según balance) en dos sentidos. Primero se extraen todos aquellos activos no afectos a la explotación y se añaden aquellos otros que sí lo están. En segundo lugar, se ajusta el total del activo por las diferencias surgidas de la actualización de los activos afectos.
Las principales ventajas que presenta su aplicación se basan en que es un valor en términos presentes que puede servir de módulo de comparación entre valores de distintas empresas y, además, es uno de los valores que más se suelen utilizar con los denominados modelos compuestos de valoración a partir de la adición del fondo de comercio.
Los inconvenientes principales se concretan en que si lo que se desea es determinar el valor para los propietarios, habría que detraer el valor de los pasivos exigibles actualizados, con lo que se llegaría a un valor similar al del método por valor neto contable corregido. Además, puede incorporar subjetividad en la valoración de ciertos elementos, y no tiene en cuenta valores inmateriales.
Así las cosas, cuando hablamos del valor sustancial de una empresa estamos hablando de los elementos que emplea para la producción sin contabilizar la financiación. Es una manera para saber el valor real de los bienes y derechos que está utilizando en la explotación. Aunque, cuenta con el hándicap de no tener en cuenta cómo se están financiando esos activos que permiten la producción de la misma. Por tanto, no se recomienda usarlo como único método para valorar una empresa o para tomar una decisión de inversión sobre una compañía.
Por poner un ejemplo, podemos valorar una puntera empresa textil que está aplicando tecnológica vanguardista para elaborar sus nuevas prendas de ropa. Si utilizásemos el valor sustancial estaríamos eliminando el endeudamiento que la compañía pueda tener. Por ejemplo, es posible que para comprar esa maquinaria haya tenido que pedir un préstamo a una entidad bancaria o emitir algún bono en el mercado para recibir la financiación. Esto supone que la maquinaria no es de su propiedad al 100%, ya que está pagando a los prestamistas por haberle dejado ese dinero. Así las cosas, si se usa el valor sustancial, es necesario también mirar los ratios de endeudamiento y solvencia que una empresa pueda tener. Ya que puede tener un alto valor sustancial, pero puede que tenga problema de insolvencia en el corto o en el medio plazo y se vea obligada a deshacerse de parte de esos bienes que le están permitiendo realizar la producción.
Por eso, para tener una visión más global del valor sustancial, se suele emplear el exigible a corto plazo o pasivo corriente, que son aquellas deudas que una empresa debe abonar en el plazo de un año. Así, se suele mirar la diferencia entre el activo neto real y el pasivo corriente para tener una mejor idea del valor sustancial de la empresa y así introducir los importantes datos del endeudamiento de la compañía.
De la misma manera, es positivo comparar el dato que obtengamos de valor sustancial de una compañía con sus principales rivales dentro del sector para saber en que posición se encuentra y si es una buena opción de inversión, o si por el contrario, tiene una posición más débil que el resto de sus rivales. Así, también es recomendable ir analizando la evolución de este mismo dato dentro de la empresa para hacernos una idea de la evolución y de la gestión de la misma y poder tomar una decisión con los más datos posibles.
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