A pesar de que se han producido grandes avances en el análisis de acciones y son numerosas las herramientas y métodos de análisis cuantitativos y fundamentales, en algún momento todo inversor se da cuenta de que los acontecimientos en el mercado de valores no pueden atribuirse enteramente a factores puramente numéricos. Y es que los inversores no son los decisores perfectamente racionales que los modelos tradicionales suponían basándose en inversores ideales: racionales, no impulsivos e infinitamente pacientes. Sin embargo, en el mundo real los inversores cometen todo tipo de errores inherentes al ser humano.
Esta unidad recoge en 10 principios la existencia e importancia del estado de ánimo colectivo y que el inversor debería incorporar en su proceso de toma de decisiones de inversión:
1.-La causalidad directa no es aplicable a los mercados de valores
La mayoría de los inversores cree que la economía es fundamental para los mercados financieros y dirán que una buena noticia, como el descenso del desempleo, provoca un aumento en las cotizaciones. No es difícil encontrar en los periódicos explicaciones de por qué suben o bajan los precios. Pero este tipo de análisis instantáneo no tiene en cuenta cambios de precio que abarcan más que unos pocos días, semanas o meses. Sin embargo, incluso aunque cada vez que los precios aumentan tras un dato positivo a los ojos de los inversores se cumple el principio de causalidad, a menudo los precios fluctúan en dirección contraria. En el mejor de los casos la causalidad se refiere únicamente a la dirección de la reacción del mercado y no a su amplitud...
2.-El ciclo económico y el ciclo de mercado están desfasados
Hasta que la economía se recupera de una recesión, o se debilite después de un boom, los precios y el sentimiento en el mercado tienden a estar muy por delante del nuevo mercado alcista o bajista. Los inversores a menudo no entienden por qué los mercados suben o bajan en el punto de inflexión porque la tendencia del mercado no se corresponde con el panorama económico. En consecuencia, es habitual que los inversores permanecen pesimistas durante la mayor parte de los mercados alcistas cuando los fundamentales de negocio son aún negativos. Del mismo modo, siguen siendo optimistas en la mayor parte de los mercados bajistas porque una noticia positiva está aún por llegar...
3.-El precio refleja la expectativa de los inversores
La hipótesis del mercado eficiente supone que todos los compradores y vendedores actúan de manera totalmente racional a la misma información en cualquier momento dado. Sin embargo la realidad es que abunda y predomina la irracionalidad, hasta el punto de que los inversores se ven obligados por los precios a adaptar sus expectativas y escenarios a las tendencias de mercado, y no al contrario...
4.-El mercado de valores no anticipa acontecimientos futuros
Puede parecer una obviedad, pero evidentemente la suposición de que los precios de mercado puedan en efecto contener acontecimientos futuros de forma significativa es poco realista. Muchos inversores asumen que la economía está fuertemente determinada por un pensamiento lineal y lógico que puede ser anticipado, nada más lejos de la realidad...
5.-La naturaleza humana está en el centro de los mercados de valores
Los cambios de precio crean cambios en la confianza, que a su vez crean cambios en la confianza y así sucesivamente. La naturaleza humana es emocional y tendente a vacilar entre optimismo y pesimismo, ocupando una parte central de los mercados de valores y de la economía en su conjunto. Debajo de esa dinámica autocontenida de precio/confianza está una compleja interacción entre millones de inversores y el precio base del mercado, de modo que la confianza de masas se transfiere a la economía, genera liquidez y mantiene el ciclo económico en movimiento...
6.-El análisis no es la panacea
Los mercados financieros comprenden sobre todo procesos y sistemas no lineales que son más que la suma de sus partes e inevitablemente cuando uno de estos sistemas se divide en sus componentes individuales, la visión del conjunto tiende a perderse. Un único cambio de precio es sólo una parte de un todo más grande...
7.-Los precios reflejan patrones de comportamiento de masas
Cuando alguien compra un producto concreto, como un electrodoméstico, paga al vendedor un importe fijo de dinero y la transacción termina. Pero en los mercados financieros, los bienes se compran y venden continuamente. En otras palabras, en todo el mundo, la gente realiza un seguimiento continuo de los precios en sectores o activos del mercado. Esta psique de las masas no es ni un individuo ni un precio; es algo que tiene entidad propia, hasta el punto de que series de precios con pasados fundamentalmente distintos que pueden considerarse la causa de cambios de precio, tienden a desarrollarse de modo similar debido a la masa de millones de inversores y su inercia que forman patrones de comportamiento...
8.-El sentimiento inversor oscila entre la euforia y el pánico
La tensión entre optimismo y pesimismo posee ciertas características, sin embargo, el verdadero punto de inflexión del sentimiento colectivo es imperceptible para el inversor individual, debido a que la psique de masas es más que la suma de sus partes, actuando como un sistema en sí mismo...
9.-Los medios de comunicación moldean los mercados
Que la influencia de los medios en la opinión de la gente y su consiguiente comportamiento sustenta la industria global del marketing es algo que se entiende bien y está ampliamente aceptado. Pero su efecto en el comportamiento inversor se entiende peor y el inversor tiende a creer que está considerablemente menos influenciado por los medios que los demás, a pesar de que la habilidad de los medios para destacar acontecimientos y darles una connotación afectiva que impacta de manera importante en las decisiones financieras de la gente. Los efectos de los medios de comunicación pueden provocar comportamientos con profundas implicaciones para los inversores, de modo que un titular sobre pérdidas en vez de sobre beneficios, o viceversa, influye en las decisiones de inversión...
10.-Tener un sistema ayuda a evitar el error humano
Ya se trate de una operativa de horas, días, semanas o meses, dotarse de un sistema protege al inversor de los errores humanos que le inducen las noticias, extremos emocionales y el propio precio. Un inversor que considera el factor humano al tomar una decisión y cuestiona sus propios sentimientos de forma continua debería generar mejores resultados...