Según el FMI, el apoyo fiscal global de los gobiernos en respuesta a la crisis del coronavirus representa alrededor del 12% del PIB mundial, lo que va a disparar la emision de deuda pública por los gobiernos.
La deuda privada también se ha incrementado significativamente en el primer trimestre de este año.
La crisis del coronavirus, y el consiguiente estímulo fiscal y monetario, va a provocar aumento del 35% del PIB en el endeudamiento global, cifra superior al aumento del 20% del PIB observado en el año posterior a la crisis de Lehman.
¿Qué consecuencias tendrá este elevado endeudamiento para el futuro?
La primera consecuencia es que los bancos centrales se verán obligados a seguir con las actuales políticas monetarias expansivas y a mantener los tipos de interés en niveles bajos, y de ese modo permitir que el sector público y privado puedan mantener los elevados niveles de endeudamiento.
Los bancos centrales no pueden consentir una subida de los tipos de interés ni una caída de las bolsas.
Por lo tanto, debemos considerar que el escenario más probable para los próximos años, y especialmente para 2021, es más liquidez, más QE y más créditos. Y, por lo tanto, si va a haber más liquidez, al menos deberíamos considerar que las bolsas seguirán subiendo y en todo caso en 2021, año en el que las inyecciones crecerán a un fuerte ritmo.
Después de haber inyectado el FED más de 3 billones de dólares durante los útimos tres meses, el FED tendrá que inyectar aún más liquidez mediante la monetización de deuda pública estadounidense si no quiere que los tipos de interés se incrementen significativamente.
Por lo tanto, podemos concluir que los bancos centrales seguirán con sus políticas monetarias hasta que el sistema se derrumbe.