Estas manifestaciones, realizadas en un artículo publicado por el De Nederlandsche Bank (DNB), Banco Central holandés, han conmocionado a muchos inversores.
Los estudios que se plantean un reinicio monetario no son nuevos, incluso algunos bancos centrales, como el Banco Central alemán o el austriaco, ya se han preparado para el reinicio monetario realizando una repatriación masiva de las reservas de oro físico que tenían despositadas en el Banco de la Reserva Federal, lo verdaderamente sorprendente es que un banco central se plantee un escenario del fin del mundo, como ha hecho el Banco Central holandés.
Este banco central está admitiendo que el oro no solo no desestabilizó el sistema monetario cuando Alemania adoptó el patrón oro en 1870, en contra de lo que piensa el FMI, sino que será su único salvador cuando todo falle.
¿Ustedes creen que los bancos centrales o el FMI avisarán a los ciudadanos por adelantado para que cambiemos nuestra moneda fiduciaria en oro?
Lo más probable, tal y como han hecho en otras ocasiones, es que no lo hagan. Por ese motivo debemos prestar una gran atención al comportamiento del oro.
El oro está desplegando una fase correctiva y concretamente es probable que estédesplegando una onda C que puede llevar su cotización a la zona de los 1.440.
Los inversores celebraron el viernes de la semana pasada que EEUU y China alcanzaran un acuerdo parcial, a pesar de desconocer el contenido del mismo y sin que se publicara un calendario claro para eliminar los aranceles existentes.
El logro de un acuerdo parcial no cambia la tendencia hacia un menor crecimiento económico en 2020.
Por otro lado, tampoco podemos decir que con este acuerdo se vaya a poner fin a la guerra comercial en todas las áreas de negociación abiertas.
Una de esas áreas es la contable. Las empresas chinas no cumplen con los estándares de contabilidad de EE. UU. y, por lo tanto, resulta lógico pensar que Trump exija que, si las empresas chinas quieren acceder a los mercados de capitales de EE. UU., cumplan las leyes contables de los EEUU.
Por el momento, no ha habido un acuerdo para conseguir que las autoridades chinas adecuen sus normas contables a los estándares estadounidenses. Y excluir a las sociedades chinas de su cotización en las bolsas estadounidenses tampoco es una solución.
El Dow reaccionó con alzas a los rumores de acuerdo, subió 500 puntos pero perdió durante la última media hora 200 cuando se confirmó la noticia. Y el S&P 500, tras alcanzar el 2.991, cerró en 2.968.
A pesar de la fuerte subida, el S&P 500 tampoco consiguió salir de la zona de fluctuación en la que se encuentra atrapado.
Tras el movimiento de las dos últimas semanas, se puede comprobar que el S&P 500 ha formado una importante zona de soporte en torno a 2.855-2.890.
Y a corto plazo es probable que el S&P 500 intente dirigirse de nuevo a la zona 2.980-3.030.
El DAX Xetra marcó un máximo en 12.511, justo en plena zona de resistencia. Al igual que los índices estadounidenses, es probable que el DAX experimente un retroceso. Vamos a considerar como objetivo más probable la zona de los 12.400. Y mientras se mantenga por encima de 12.300, mantendremos una predisposición alcista.
El IBEX 35 marcó un máximo el viernes pasado en 9.280, en plena zona de resistencia. Es lógico que ahora retroceda parte de lo ganado. A corto plazo, lo más probable es que retroceda parte de lo ganado, pero mantendremos una predisposición alcista en tanto en cuanto se mantenga por encima de la zona 9.150.