La cotización de Banco Santander (SAN)  se encuentra en su cuarta semana consecutiva de avances, movimiento que le ha permitido recuperar un +16,9% desde los mínimos de principios de agosto, proyectados a partir de los 3,80€ por acción. Dicha recuperación se produce tras una corrección del -22,89% iniciada desde sus máximos anuales, corrección que, si bien no podemos dar por finalizada, pues no ha logrado superar su último máximo decreciente, sí que podemos decir que le ha sentado bien a su estructura incuestionablemente alcista de fondo.

Banco Santander (SAN) en escala semanal con volatilidad (ventana central superior), MACD (ventana central inferior) y volumen de contratación (ventana inferior). Fuente: ProRealTime y elaboración propia.

En este sentido, (1) la directriz creciente que nace desde los mínimos de septiembre 2020 permanece plenamente vigente, (2) con el oscilador MACD semanal logrando normalizar extremas lecturas de sobrecompra o excesos alcistas, y todo ello sin que (3) el proceso correctivo citado haya sido desordenado, esto es, haya derivado en un repunte significativo tanto en la actividad de contratación como en los niveles de volatilidad.

Banco Santander (SAN) en escala diaria con volatilidad (ventana central superior), MACD (ventana central inferior) y volumen de contratación (ventana inferior). Fuente: ProRealTime y elaboración propia.

Por ello, seguimos considerando como escenario más probable la continuidad de la recuperación, cuyo próximo objetivo es el de superar tanto la directriz bajista que une los máximos decrecientes más relevantes, así como superar el último máximo decreciente, identificado a partir de los 4,7095€ por acción. En caso de producirse la superación de ambas referencias, o de cumplir el próximo objetivo, el asalto a máximos anuales estaría a la vuelta de la esquina.

Por su parte, al más estricto corto plazo, vigilamos la perforación del último soporte terciario que nos ha dejado precio, proyectado a partir de los 4,2025€ por acción, cuya perforación daría señales de incapacidad de cumplir objetivos y podría desembocar en un riesgo de atacar nuevamente los mínimos de agosto, situados en los 3,80€ por acción, aunque como hemos comentado anteriormente, éste sería el escenario secundario.