Dentro de la activa, podemos hablar de “generar Alpha” al referirnos al rendimiento de esa cartera. En este artículo, exploraremos qué es Alpha, cómo se calcula y cuál es su papel en la toma de decisiones dentro de una cartera de inversión.

Gestión activa vs Gestión pasiva

Para la mayoría de los inversores en renta variable, existen dos enfoques principales para invertir. Estos pueden ser:

  • Gestión activa: Consiste en la selección y compra directa de acciones, fondos de inversión o productos derivados en mercados organizados, como los futuros de CME Group.
  • Gestión pasiva: Implica invertir en fondos indexados o ETFs que replican los principales índices del mercado, como el S&P 500 o el Nasdaq 100, considerados referentes a nivel mundial.

Vamos a centrarnos en la gestión activa y, específicamente, en la capacidad del inversor para superar al mercado, lo que se conoce como “generar Alpha”.

¿Qué es el Alpha en Renta Variable?

El Alpha es una métrica clave que mide el rendimiento de una inversión en comparación con un índice de referencia (“benchmark”). Representa la rentabilidad adicional obtenida por un inversor o gestor de cartera, más allá de la generada por el mercado en su conjunto.

Comúnmente, el benchmark utilizado es un índice bursátil representativo, como el S&P 500 o el Nasdaq 100 en el caso de los mercados estadounidenses.

Formulación de Alpha

La fórmula de cálculo de Alpha es la siguiente: Ri​−(Rf​+β(Rm​−Rf​)) donde:

  • Ri​ = Rentabilidad de la inversión.
  • Rf = Tasa libre de riesgo.
  • β = Sensibilidad del activo respecto al mercado o índice seleccionado.
  • Rm = Rentabilidad del mercado (benchmark).

Interpretación de Alpha

El Alpha puede interpretarse de la siguiente manera:

  • Alpha superior a 0: Indica que la cartera ha superado el rendimiento del mercado o benchmark de referencia.
  • Alpha igual a 0: El rendimiento de la cartera es equivalente al del mercado.
  • Alpha inferior a 0: El mercado ha superado el rendimiento de la gestión activa de la cartera o fondo.

Conclusiones y caso práctico

El Alpha es una herramienta crucial en la gestión activa para evaluar si un gestor o inversor es capaz de superar consistentemente al mercado. Esto resulta especialmente relevante para justificar las comisiones más elevadas asociadas con la gestión activa en comparación con fondos indexados o ETFs.

Como ejemplo, podemos analizar el rendimiento anual de 2024 del Futuro E-mini S&P 500, uno de los futuros más operados en el mercado de CME Group. ¿Qué son los futuros E-mini S&P 500? Lo puedes descubrir aquí: https://www.ibroker.es/Mercado-Americano/Futuros/Indices/E-mini-sp-500.

Su rentabilidad acumulada desde la primera hasta la última sesión del año fue del 19,45%. Para que una cartera activa pueda considerarse exitosa en términos de Alpha, debería haber superado este porcentaje de rentabilidad respecto al índice de referencia.

El análisis del Alpha es una herramienta poderosa para determinar la eficacia de la gestión activa y evaluar si un gestor está generando valor real frente al mercado.

Los Futuros y las Opciones son instrumentos complejos y presentan un riesgo elevado de perder dinero rápidamente debido al apalancamiento. Los Futuros y las Opciones no cuentan con la protección de saldo negativo y las pérdidas podrían exceder el saldo depositado en su cuenta. 

Cada inversor debe valorar los riesgos de los instrumentos financieros, así como sus conocimientos del funcionamiento de los mercados antes de realizar operaciones con productos complejos.

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