Según un informe de la agencia Moody's, el déficit de la Seguridad Social española aumentará significativamente en las próximas dos décadas si no se implementan nuevas medidas de ajuste. Esto se debe al envejecimiento de la población y al mayor gasto en pensiones provocado por la vinculación de su subida a la inflación. Estos factores podrían tener un impacto negativo en la calificación crediticia de España, que actualmente se encuentra en 'Baa1' con perspectiva estable.
Según las estimaciones de Moody's, sin medidas adicionales, el déficit del sistema de la Seguridad Social se incrementará hasta el 1,4% para 2030 y hasta el 3,2% para 2040, en comparación con el 0,5% en 2022. Además, se espera que este saldo negativo no comience a reducirse hasta finales de la década de 2040, cuando alcanzará su máximo del 4% del PIB.
La agencia advierte que el aumento del déficit en la Seguridad Social está directamente relacionado con el envejecimiento de la población y la decisión del gobierno de vincular las pensiones a la inflación. Estas reformas, a pesar de incluir medidas para aumentar los ingresos e incentivos para retrasar la jubilación, se verán eclipsadas por el aumento previsto del gasto en pensiones.
Moody's destaca que si no se toman medidas, las pensiones ejercerán una presión crediticia a finales de esta década. La agencia subraya la importancia de implementar medidas de ahorro para garantizar la sostenibilidad a largo plazo del sistema de pensiones. Según sus estimaciones, todas las medidas de ingresos contempladas en las reformas ascenderán a aproximadamente el 1% del PIB en su punto máximo.
La agencia sugiere que las reformas estructurales que impulsen el crecimiento económico y la tasa de empleo tendrán un impacto significativo en el déficit de la Seguridad Social. Estas medidas podrían ahorrar hasta 2,3 puntos del déficit en 2050, aunque llevarán tiempo en materializarse.
Moody's destaca que la población española está envejeciendo a uno de los ritmos más rápidos de Europa. Se prevé que el número de pensionistas aumente significativamente en las próximas décadas, superando los 12 millones en 2040 y alcanzando un máximo de 14 millones en la década de 2050. Sin embargo, la población en edad de trabajar no se corresponderá con este crecimiento, lo que llevará a un alto índice de dependencia de la tercera edad en España.
La agencia prevé que la tasa de dependencia de la tercera edad se duplicará en 2050, aumentando hasta el 65%, lo que supera la media de la Unión Europea. Esto plantea desafíos financieros adicionales para el sistema de pensiones en España.