Los dos analistas valoran positivamente el hecho de que Mario Draghi haya descartado toda posibilidad de instalar el tipo de interés de referencia en terreno negativo, confiando el poder de la política monetaria a la compra de valores.
Julien-Pierre Nouen, director economista de la entidad señala que, a partir de ahora, el euro debería irse depreciando progresivamente respecto al dólar, al son de las nuevas subidas de tipo orquestadas por la Reserva Federal.
Además, la ampliación del volumen de compra de bonos en hasta los 80.000 millones (20.000 millones más) unido a la adquisición de bonos corporativos con grado de inversión tendrá efectos positivos sobre los márgenes de crédito para los emisores privados. En ese sentido señalan que el tamaño del mercado de bonos corporativos no bancarios asciende a los 480.000 millones de euros y que las emisiones netas podrían alcanzar los 100.000 millones de euros en 2016.
Nouen señala que la pujanza de los indicadores económicos de Italia, Francia y Alemania en los primeros meses del año podría provocar que la tasa de crecimiento de la Unión Europea del 1,4% para 2016, podría quedarse corta, ya que el PIB podría registrar un incremento del 0,4% en el primer trimestre. El aumento de la actividad económica iría aparejado, señal, de un repunte en la inflación, lo que contribuiría a dejar atrás la temida sombra de la deflación.
Bentchikou, por su parte, destaca el impacto que tendrá el hecho de que Mario Draghi haya descartado instalar el tipo de interés en terreno negativo sobre las entidades financieras europeas. Además, Bentchikou valora positivamente la decisión de no rebajar más el tipo al que son remunerados los excedentes de liquidez depositados en el BCE, algo que, a su juicio, beneficiará a las mutualistas alemanas y a las entidades financieras españolas e italiana, cuyos créditos están fuertemente expuestos a tipos variables.