La reciente caída de los valores tecnológicos estadounidenses, ¿es una oportunidad estratégica de compra o un motivo de cautela? Freedom 24 destaca que una estrategia de promediación de valor o de diversificación en sectores menos volátiles relacionados con la IA puede mitigar los riesgos temporales, mientras que centrarse en empresas con ventajas competitivas ofrece una vía equilibrada para aprovechar la revolución de la IA sin arriesgar.
La reciente caída de los valores tecnológicos y de IA estadounidenses, provocada por la aplicación de inteligencia artificial china DeepSeek R1, ha suscitado un debate sobre si este descenso representa una oportunidad estratégica de compra o un motivo de cautela. Por un lado, la reacción del mercado es excesiva y se podría considerar este descenso como una posible oportunidad de compra para los inversores con una perspectiva a largo plazo.
El razonamiento se basa en el dominio continuado de los gigantes tecnológicos en Estados Unidos en infraestructura y adopción de IA en el sector empresarial, respaldado por proyecciones de billones de dólares en gasto de capital en IA para los próximos años. Compañías como NVIDIA, Microsoft y Broadcom se consideran actores clave en la historia de crecimiento a largo plazo a pesar de la fuerte caída, con el liderazgo inquebrantable de Nvidia en GPU y soluciones de red de alto rendimiento. La propia compañía restó importancia a los riesgos competitivos, subrayando que incluso modelos rentables como el DeepSeek R1 requieren importantes recursos de GPU para realizar tareas de inferencia lógica.
El concepto de “escalado durante las pruebas” del CEO de Nvidia, Jensen Huang, podría estimular aún más la demanda al permitir a los clientes asignar potencia de cálculo de forma dinámica. Mientras tanto, los principales proveedores de la nube, como Microsoft, Amazon y Google, siguen planeando importantes inversiones en infraestructura de IA, lo que respalda la demanda a largo plazo de chips y tecnologías asociadas. Para los inversores que confían en el potencial transformador de la IA, las valoraciones actuales, deprimidas por el pánico vendedor, pueden ofrecer atractivas ventanas de inversión en las compañías líderes del sector.
Sin embargo, este optimismo se ve empañado por importantes riesgos. Los problemas de valoración de las acciones son preocupantes, ya que muchas empresas tecnológicas cotizan a niveles históricamente altos. La afirmación de DeepSeek de haber construido un modelo avanzado por sólo 5,57 millones de dólares con GPU H800 antiguas -aunque cuestionadas debido a la exclusión de los costes de I+D- pusieron de manifiesto la vulnerabilidad de la idea de que los márgenes de las empresas tecnológicas norteamericanas son invulnerables. Si las empresas chinas siguen innovando con hardware compatible con la exportación o eludiendo las restricciones, el poder de fijar de precios de los fabricantes de chips de los Estados Unidos podría debilitarse.
Las incertidumbres regulatorias complican aún más las perspectivas, como han señalado algunos observadores del mercado, apuntando a las complejidades normativas sin resolver, a las que se enfrentan los grandes proyectos de IA. La posición cautelosa de muchos inversores refleja un escepticismo general a corto plazo, especialmente a medida que se acerca la temporada de presentación de informes de resultados. Aunque los ambiciosos planes de gasto de los proveedores de la nube ponen de relieve la confianza en el futuro de la IA, los inversores están cada vez más preocupados por los beneficios a corto plazo, especialmente si la competencia o las fricciones geopolíticas alteran las cadenas de suministro o la demanda.
Para los inversores a largo plazo con una alta tolerancia al riesgo, las compras selectivas de acciones de líderes del sector como Nvidia o grandes proveedores de la nube durante esta recesión podrían resultar rentables, siempre que la adopción de la IA se acelere según las previsiones. Estas empresas conservan ventajas estructurales en infraestructura, ecosistemas y relaciones corporativas que, competidores chinos como DeepSeek, no pueden replicar fácilmente. Sin embargo, es posible que los inversores más cautos prefieran esperar a señales más claras: el escrutinio por pares de las declaraciones de costes de DeepSeek, las próximas previsiones en los informes (especialmente para la demanda de centros de datos y el gasto de capital en el segundo trimestre de 2025) y los cambios normativos en la política tecnológica de EE. UU. y China. Es probable que continúe la volatilidad a corto plazo, amplificada por los informes de beneficios y los cambios de opinión, pero la construcción de infraestructuras de IA está aún en sus primeras fases.
En cuanto al panorama técnico, será importante que el índice Nasdaq se consolide por encima del rango de niveles 20.000-19.000 a corto plazo, que también está cerca del límite inferior del largo canal de crecimiento desde principios de 2023, para evitar que la corrección se intensifique, y mantenga la probabilidad de un rebote desde los niveles actuales.
En última instancia, la decisión depende de la tolerancia individual al riesgo y del horizonte temporal. Una estrategia de promediación de valor o de diversificación en sectores menos volátiles relacionados con la IA (por ejemplo, ciberseguridad, SaaS) puede mitigar los riesgos temporales, mientras que centrarse en empresas con ventajas competitivas sostenibles -servicios en la nube, software propietario o hardware de misión crítica- ofrece una vía equilibrada para aprovechar la revolución de la IA sin arriesgar excesivamente la cartera a corto plazo.