El bono a 10 años del Tesoro de Estados Unidos ha experimentado un aumento en su rentabilidad, alcanzando niveles no vistos desde la gran crisis financiera de 2007. Este lunes, la rentabilidad del bono a diez años superó el umbral del 5%, una cifra significativa para los inversores y analistas.
La subida en la rentabilidad del bono a 10 años se debe a las expectativas de un periodo prolongado de tipos de interés elevados. El presidente de la Reserva Federal de EE.UU., Jerome Powell, ha señalado recientemente que el proceso para devolver la inflación al objetivo del 2% tomará tiempo y habrá obstáculos en el camino. Powell advierte sobre los riesgos de hacer demasiado poco o demasiado en la política monetaria, lo que podría afectar tanto a la economía como a la inflación.
A pesar del aumento de los tipos de interés, la economía estadounidense ha mostrado señales de fortaleza. Datos recientes han revelado aumento en las ventas minoristas, con un crecimiento de un 0,7% en septiembre respecto al mes anterior. Además, la tasa de inflación interanual se mantuvo en agosto y septiembre, del 3,7%, lo cual indica que los precios siguen estables.
Los inversores comienzan a adaptarse a la realidad de un periodo más largo de tipos de interés más altos. Según las proyecciones de la Junta de la Reserva Federal de EE.UU., se espera que los tipos de interés se mantengan por encima del 5% hasta finales de 2024. Esta situación tiene implicaciones tanto en la economía mundial, con efectos similares esperados en Europa y China, como en el gasto e inversión de los consumidores, que se ven reducidos debido al aumento de los tipos de interés.
El mercado secundario de deuda en Europa también se ha visto afectado por la expectativa de tipos de interés elevados. En el caso del bono alemán, la rentabilidad se acerca al umbral del 3%, mientras que en el caso del bono español la rentabilidad supera el 4% y en el caso de Italia alcanza el 4,936%.