El instituto dijo que su índice de confianza de los consumidores subió a -33,9 puntos de cara a febrero, desde una lectura revisada de -37,6 en enero, pero se situó ligeramente por debajo de las previsiones de los analistas encuestados por Reuters, que apuntaban a -33,0.
"La caída de los precios energéticos, como los de la gasolina y el gasóleo de calefacción, ha hecho que la confianza de los consumidores sea menos pesimista", declaró Rolf Buerkl, experto en consumo de GfK. No obstante, advirtió que 2023 seguirá siendo difícil para la economía alemana.
Buerkl afirmó que el consumo privado no podrá contribuir positivamente al crecimiento económico global este año, y añadió que así lo señala el nivel aún muy bajo del indicador.
Entre los tres subíndices, las expectativas de ingresos registraron un notable aumento en enero y las expectativas económicas subieron a niveles anteriores a la guerra. Sin embargo, la disposición a comprar continuó su montaña rusa de los últimos meses y actualmente se está debilitando.
El indicador del clima de consumo prevé la evolución del consumo privado real en el mes siguiente. Una lectura del indicador por encima de cero señala un crecimiento interanual del consumo privado. Un valor por debajo de cero indica una caída en comparación con el mismo periodo del año anterior. Según GfK, una variación de un punto del indicador corresponde a una variación interanual del 0,1% del consumo privado.