Pese al lógico nerviosismo que se ha apoderado de los mercados, los inversores debemos mirar más allá de este ruido ensordecedor y no dejarnos arrastrar por el mismo. Hay que mantener la cabeza fría para evitar dañar nuestras carteras a medio y largo plazo. Desde Fidelity reconocen que la mentalidad en momentos como el actual es clave.
“Cuando estamos preparados desde el comienzo para los episodios de volatilidad, tenemos más posibilidades de reaccionar racionalmente y seguir centrados en nuestros objetivos a largo plazo”.
Porque si el objetivo de la inversión es a largo plazo, el riesgo que comporta la bolsa suele tener recompensa. De hecho, si se hubieran invertido 100 dólares en bolsa a finales de 1925 y se hubiera dejado la inversión hasta finales de 2020 (incluso con la caída provocada por la pandemia) habría recuperado 54.892 dólares mientras que, esa misma inversión habría generado 1.257 dólares invirtiendo en deuda pública y 148 dólares si se hubiera quedado en liquidez.
Y es que momentos de caídas e incluso pánico en los mercados suelen ser excelentes momentos de compra. Así lo fue el estallido de la crisis de las puntocom, la crisis financiera de 2008 o la fuerte caída originada por el Covid-19.
Desde Fidelity creen que es clave la estrategias de esperar y ver sin dejar que los vaivenes del corto plazo afecten a la estrategia. Si en el período que va desde 1993 a 2021 se hubiera perdido las cinco jornadas más rentables, su inversión habría ganado un 233%, si se hubiera perdido las treinta mejores jornadas del período habría obtenido una rentabilidad del 1.122% mientras que si hubiera mantenido las inversiones sin hacer cambio alguno el rendimiento de su cartera se hubiera incrementado hasta el 1835%.
Desde Fidelity dan diez mensajes que recordar cuando la volatilidad golpea. Invertir en valores de calidad, no dejarse llevar por el tono del mercado o gestión activa son algunas de las lecciones que no debe olvidar.