El país heleno vuelve a estar en el foco de los inversores apenas un año después de protagonizar un episodio que bien pudo suponer su salida de la moneda única. A estas alturas, el Gobierno griego negocia con las instancias europeas para conseguir los fondos necesarios para hacer frente al pago de 2.200 millones de euros al Banco Central Europeo antes del 20 de julio. El acercamiento de posturas entre los equipos negociadores ha impulsado a la bolsa griega, el Athex Composite Share Pr, que sube casi un 3% ante la posibilidad de que finalmente se materialice el acuerdo.
Las dificultades para hacer frente a los compromisos adquiridos con las instancias europeas, han llevado a que el ejecutivo liderado por Alexis Tsipras tenga que recurrir al desbloqueo de un nuevo tramo de ayuda para poder hacer frente a los vencimientos de deuda. (Ver: ¿Qué pasa si Grecia entra en Default?) Para ello, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo insisten en profundizar en la senda reformista con el objetivo de superávit primario del 3,5% para 2018. Los acreedores exigen el ajuste de gasto público por valor de 5.200 millones de euros, un 3% del Producto Interior Bruto del país como paso previo al desbloqueo de un nuevo tramo de la ayuda del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE).
El gobierno heleno ya ha aprobado una ajuste del sistema de pensiones, que supondrá un recorte del 30% a los nuevos beneficiarios, que permitirá ahorrar un total de 3.600 millones de euros, así como una subida de impuestos especiales al tabaco y alcohol y elevar el IVA hasta el 24%. Estas subidas impositivas aumentarán la recaudación en unos 1.800 millones de euros.
Cabe destacar que, de los 320.000 millones de euros de deuda con los que cuenta el Estado griego (181% del PIB), unos 220.000 millones suponen compromisos de pago derivados de los tres rescates frente a instancias comunitarias. El período de vencimiento medio asciende hasta los 32,5 años, aunque todo apunta a que las instancias europeas aceptarán extender el plazo entre 5 y 10 años más, como compensación por profundizar en la senda reformista. Otra propuesta para relajar la situación griega sería la reducción de los intereses exigidos a Grecia por el pago de su deuda, cuyo interés medio se sitúa, en estos momentos, en el nivel del 2,5%. Tanto la Comisión Europea como el Banco Central Europeo señalan la conveniencia de reducir los intereses hasta el 2%.
El FMI pide relajar las exigencias
Esta relajación en el cumplimiento de los requisitos acordados en el rescate está siendo fuertemente defendida en las últimas fechas por parte de Fondo Monetario Internacional, organismo que se quedó fuera del proceso de negociación del tercer rescate. El organismo dirigido por Cristine Lagarde no comparte la opinión de las instancias europeas en lo relativo al superávit primario. De este modo, la entidad con sede en Washington D.C. aboga por relajar las exigencias de lograr un superávit primario del 3,5% para 2018 (fecha en la que concluye el tercer rescate) y situarlo en el nivel del 1,5%.
Otra de las concesiones que finalmente llevarían a cabo los negociadores europeos sería la de entregar a Grecia los 8.000 millones de euros cobrados en el último año en concepto de cupones por la tenencia de bonos helenos.
Anémico crecimiento
La economía griega había registrado en el segundo trimestre de 2015 un crecimiento interanual del 0,9%, pero el enquistamiento de las negociaciones para el tercer rescate, unido al control de capitales (también conocido como corralito) provocó una recaída de la economía griega, que en el tercer trimestre registró un descenso del 1,2% respecto al segundo trimestre. La situación se ha aliviado ligeramente desde entonces, ya que la economía griega cerró el último trimestre de 2015 con un crecimiento del 0,1% intertrimestral.
El déficit público, que en 2014 había cerrado en el 3,6% del PIB, acabó disparándose hasta el 7,2%.