Si se cumplen los pronósticos, la Reserva Federal anunciará este miércoles una subida de los tipos de interés de 75 puntos básicos, hasta situarlos en un rango de entre el 3,75% y el 4,0%. Será la cuarta vez consecutiva que se eleva el precio del dinero en EEUU en esta cuantía, una agresividad en el endurecimiento de la política monetaria que tendrá consecuencias más allá de las fronteras estadounidenses.
El principal impacto para Europa y España tiene que ver con la subida del dólar. La moneda única, que había arrancado el año por encima de los 1,20 dólares, se encuentra ahora mismo por debajo de la paridad frente al billete verde, en un cruce a día de hoy de 0,9906 dólares por cada euro.
Esta fuerte depreciación del euro, que supera ya el 20% en el año, favorece sobre el papel la competitividad europea: si se necesitan menos dólares para comprar un euro, las exportaciones de las empresas europeas se ven favorecidas, ya que sale más barato comprar en el Viejo Continente.
Sin embargo, supone un lastre muy pesado en un momento como el actual de crisis energética global y alza de las materias primas a raíz de la guerra en Ucrania. La mayor parte de las materias primas, incluido el petróleo, se compran en dólares, por lo que los europeos nos estamos viendo obligados a pagar precios más elevados.
La subida del dólar eleva así aún más la inflación, que alcanzó un récord en la eurozona de un 10,7% en octubre, obligando al Banco Central Europeo (BCE) a elevar también el tono y subir los tipos de interés, ahí ya sí con un impacto directo en los costes de financiación de empresas y particulares.
Los movimientos de la Fed también están teniendo un impacto muy fuerte en los mercados bursátiles de todo el mundo, ya que ha desencadenado el temor a que la economía mundial se encamine a una recesión.