Dicen los que entienden de la relación entre los mercados en general y el Nasdaq en particular, que hay una clara relación con las criptomonedas y su cotización. Lo cierto es que, en algunos periodos se ha producido esa correlación, pero especialmente ahora, se ve un paralelismo en ese comportamiento, que también se centra, en Ethereum
Y aunque, como ahora veremos, por diferentes motivos, su evolución no ha sido tan vertical ni tan fluida como la de Bitcoin, ha vuelto a colocar en máximos del año a la número dos del mercado durante la última semana, a refrendar sus ganancias anuales y elevarlas, y conseguir que su precio retome, en su mayor nivel, cotas que no se veían en su cotización desde agosto de 2022, muy por encima de los 1.800 dólares.
En su gráfica observamos que el valor ha subido un 6,3% en la semana y en un mes, a doble dígito, con avances del 10,7%, mientras que, en el trimestre, las subidas alcanzan el 49,4%. En el último año, las ganancias son del 51,8%, aunque la rémora interanual se acerca todavía al 40%.
En cuanto a su capitalización, avanza hasta el puesto 47, con algo más de 218.300 millones de valor actual en el mercado, con L’Oreal por encima y Costco, el mayorista americano, por debajo. Y representa un 17,8% del total del mercado de criptomonedas que supone algo más de 1,22 millones de dólares.
Además, en cuanto al índice del miedo y la codicia, sube a su mejor nivel del año, los 68 puntos, frente a los 66 de ayer y a los 56 de semana pasada, todos eso sí, en nivel de codicia, los mejores para las criptomonedas.
Pero lo cierto es que ese trasvase que vemos en el indicador tecnológico, que ha cogido ritmo frente a pequeñas empresas y startups ligadas a los bancos medianos, y tras la debacle del sector financiero, muy afectado por las turbulencias de las últimas casi dos semanas, esa misma sincronía se detecta en el criptomercado, en el que valores de menor entidad han visto salidas importantes hacia los grandes del mercado como Ethereum.
Aunque como decimos, ese avance ha tenido algún intervalo negativo. Como el acontecido el pasado sábado a cuenta de un intercambio digital que, de madrugada se produjo en Binance sobre Ethereum. Y es que los inversores criptográficos se vieron soliviantados cuando unos 18.657 ETH, como cuenta Bitconist, al cambio unos 33,13 millones de dólares, se transfirieron a Binance, con la vista puesta en una potencial liquidación de una gran ballena que perturbó al mercado.
Pero parece que fue flor de un día y los expertos analizan si ETH se puede colocar por encima de esa cota ya psicológica de los 2.000 dólares por activo. Algo que podría suceder si se mantiene, como hasta ahora, la presión compradora.
Todo ello mientras se ha confirmado la nueva fecha concreta de la actualización Shanghái Capella, ya conocida en el mundillo como Shapella. Será como límite el próximo 12 de abril y que, como saben, tiene como uno de sus grandes alicientes la posibilidad de que se produzcan los deseados retiros de ETH dispuestos en los programas de staking. Pero en este punto se ha producido un componente negativo. Mucho se ha discutido sobre si la retirada de estos tokens de forma abrupta podría provocar una debacle en el precio de Ethereum, aunque siempre se ha puesto sobre la mesa que habría fórmulas para evitarlo. Desde Coinbase se ha especificado y no parece haber gustado a la comunidad criptográfica.
Y es que ha señalado que, esa retirada podría tarde en procesarse semanas e incluso meses, porque no será el intercambio quien realice esa tarea, sino que se procesan en la cadena y Coinbase actuará sólo como un canal para realizarlo. Pero lo cierto es que, a partir de entonces cualquier apuesta de Ethereum no se verá sometido a un bloqueo indefinido, como ocurre ahora.
Respecto de los Indicadores de Fuerza Premium, vemos que, en Ethereum, pasa de Débil a Neutral, aunque se mantiene débil a medio plazo y fuerte a largo plazo, con operativa en búsqueda de figuras de vuelta y compra en soportes y el riesgo de acumulación de excesos y figuras bajistas.
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