El año 2024 está en camino de ser uno de los más alcistas en el índice S&P 500 desde el año 1929. Hasta la fecha, se han registrado 47 máximos históricos, promediando más de un máximo histórico por semana, acumulando una rentabilidad del 23,22%, rompiendo con todo patrón estacional en año electoral.
Dicha fortaleza, viene explicada por las altas expectativas generadas en torno a la Inteligencia Artificial –IA-, las cuales han impactado en las expectativas de beneficio por acción de las empresas tecnológicas, registrando las más altas desde el tercer trimestre de 2021, situándolas por encima de sus promedios de los últimos 5 y 10 años.
Peso acumulado de las cinco mayores compañías del índice S&P 500 desde 1964. Fuente: Bianco Research.
Lo anterior tiene un efecto directo en el cálculo del índice S&P 500, ya que es un índice ajustado por ponderación bursátil. Aquellas empresas más grandes, pesan más, a diferencia de lo que sucede, por ejemplo, con índices calculados con la misma ponderación que, independientemente de su tamaño, su impacto es el mismo en el cálculo del índice.
La Inteligencia Artifical ha provocado la mayor concentración en el índice desde el año 1964, con casi el 30% del peso del S&P 500 únicamente en cinco compañías. Todas ellas, las máximas exponentes de la IA, como son, Microsoft, Apple, Nvidia, Aphabet y Amazon. La conclusión que debemos extraer de lo anterior es que existe una gran dependencia de un grupo muy reducido de compañías, apenas las contamos con los dedos de una mano, para bien o para mal, lo cual se pone de relieve cuando estamos a las puertas de la presentación de sus correspondientes resultados trimestrales. Si los resultados / expectativas de éstas compañías no convencen, podríamos estar en problemas.
El sentimiento de los inversores sigue muy fuerte, ¿o no?.
Es evidente que sin un sentimiento alcista las bolsas no estarían en máximos, pero cabe preguntarse, ¿Cómo de fuerte es ese sentimiento alcista?. Vamos a intentar responder a dicha cuestión mediante varios argumentos