El petróleo vuelve a fluir aunque en niveles de precio mucho más controlado y, en ningún caso, en este momento, con visos de alcanzar los 100 dólares en el coste del barril. De hecho, en este momento, hablamos de niveles de máximos anuales, que el precio del Brent ha vuelto a registrar esta semana por encima de los 85 dólares, niveles que nos invitan a pensar, cuál puede ser su progresión, alcista, en lo que queda de ejercicio y hasta qué niveles proyectan los expertos que puede progresar.

Lo primero que hay que tener en cuenta en este ambiente, es por un lado, que Estados Unidos, en el informe de esta semana de la Agencia Estadounidense de Energía, es el mayor productor de crudo a cierre de 2023, mientras que, mantiene ese nivel durante los últimos 6 años consecutivos. 

Sólo en el pasado ejercicio la producción de crudo en el país marcó de media los 12,9 millones de barriles por día en 2023, rompiendo sus máximos anteriores de 12,3 millones b/d marcado justo antes de la pandemia, en 2019. Únicamente en diciembre se alcanzó un récord mensual de 13,3 millones de barriles diarios. Y en las proyecciones no parece que ningún país, en este caso ni Rusia ni Arabia Saudí, puedan superarlo a corto plazo. Entre los 3 representaron, el pasado año el 40% de la producción total, unos 32,8 millones de b/d. 

Lo segundo, es que, para establecer un verdadero horizonte de lo que puede pasar este año con el crudo, hay que mirar a las previsiones y éstas, lejos de estar clarificadas, discrepan sobremanera para la OPEP + y la Agencia Internacional Energía. Y lo hacen de tal modo que presentan la mayor diferencia de los últimos 16 años. Nada menos que de un millón diario de barriles. 

Para el cártel de productores de petróleo, el crecimiento de la demanda para 2024 no presentará cambios frente a los meses anteriores, y por tanto, se mantiene en 2,2 millones de barriles al día. Para el club de los países desarrollados y consumidores que engloba la Agencia Internacional de la Energía, las estimaciones y proyecciones para el presente ejercicio en la demanda es de 1,2 millones de barriles. 

E incluso discrepan en la evolución futura, ya que la AIE espera que la transición a energías limpias sea mucho más rápida con la mirada puesta en 2030 frente a la OPEP+. 

Sobre el futuro precio del crudo, Goldman Sachs prevé para este verano un barril a 87 dólares, al entender que el enfrentamiento en el Mar Rojo apoya una caída mayor de lo esperado a las acciones comerciales de la OCDE, de la que depende la Agencia Internacional de la Energía. Y estima que el rango se mantiene entre 70 y 90 dólares, mientras señala que la moderada volatilidad de los precios a pesar de las guerras en curso, desde Ucrania a Oriente Medio, refleja una pequeña prima de riesgo geopolítico. 

Ya desde Bank of America, señalan los máximos del barril y que, es posible que se produzca una ruptura de rango, que les pueda llegar hasta los 90 dólares en el segundo trimestre del año, con la lectura técnica del Brent europeo. 

“Una ruptura alcista a través de la resistencia en 84,80-85,00 dólares confirmará un patrón de fondo y un objetivo de tendencia alcista de 91,06 dólares, 93,80 dólares, tal vez 95,00 dólares para finales del segundo trimestre. La línea de soporte que se debe mantener en marzo es de $79,50-80,00. Si esto se rompe, el petróleo puede volver al fondo del rango entre 75 y 73 dólares”.

Sea como fuere, de ese barril en máximos que se mantienen en estos momentos le separan a los futuros del Brent en un % desde los mínimos del pasado 2 de febrero, en los 77,33 dólares el barril. En lo que va de año, sube un 8,7%, con avances semanales del 1%, del 2,9% en el mes y del 12,28% en el último trimestre. 

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