Lo ha publicado el Financial Times y los mercados lo han reflejado con suma celeridad. El FMI habría contactado con el ejecutivo griego para avisar que debido a los altos niveles de deuda y la falta de reformas, no entrarán en la extensión de la financiación a Grecia
, lo cual plantea dudas sobre si se plantean nuevos interrogantes sobre cómo se pondrá en marcha este auxilio al país heleno.
Acorde a la información publicada por el medio británico, esta determinación presentada por el personal del FMI en una reunión de la junta en su última reunión, quiere decir que mientras el FMI será partícipe de las negociaciones de rescate en curso en Atenas, el Fondo no será quien decida si acepta un nuevo programa en los próximos meses.
¿Qué ocurriría? Básicamente ese retraso podría tener consecuencias importantes sobre todo para Alemania. El personal administrativo del país germánico ya ha expresado durante mucho tiempo que sería imposible la aprobación del tercer rescate en su parlamento sin el respaldo claro y notorio del FMI. Por lo tanto, esta noticia aún sin oficializarse sería más leña a la hoguera.
Estas informaciones también señalan que el Fondo "no podría llegar a un acuerdo a nivel personal en esta etapa". Sólo decidiría participar en una "fase dos". Es decir, después de que Grecia haya "acordado un conjunto de reformas integrales". Principalmente, después de que los prestamistas de rescate de la eurozona hayan logrado un acuerdo en cuanto a la reestructuración de la deuda.
En este sentido, Lucy O’Carroll, economista jefe de Aberdeen, escribía hace escasos días en Estrategias de Inversión que el FMI “solo puede participar en el tercer rescate si cree que la deuda griega es sostenible y ya sabemos que considera la reestructuración de la deuda como una parte fundamental para conseguir la sostenibilidad”.
Esta experta aseguraba que si no consigue que los otros acreedores “estén de acuerdo (y tendrá sentado al ministro alemán de finanzas en frente de él)”, entonces la contribución teórica de 16.400 millones de euros al paquete del tercer rescate “podría correr peligro”.
Desde su punto de vista, existe “una clara posibilidad de que esto ocurra: la postura del FMI respecto a la sostenibilidad de la deuda retrasó el acuerdo de rescate en 2011 y congeló durante varios meses los pagos en 2012”.