El Consejo de Gobierno del BCE ha decidido hoy subir los tres tipos de interés oficiales del BCE en 50 puntos básicos en línea con su determinación de asegurar que la inflación vuelva a situarse de forma oportuna en el objetivo del 2% a medio plazo. En consecuencia, el tipo de interés de las operaciones principales de financiación y los tipos de interés de la facilidad marginal de crédito y de la facilidad de depósito aumentarán hasta el 3,50%, el 3,75% y el 3,00%, respectivamente, con efectos a partir del 22 de marzo de 2023.
No obstante, el equipo de Christine Lagarde subraya que “el elevado nivel de incertidumbre refuerza la importancia de un enfoque dependiente de los datos” para las decisiones futuras de tipos, que “estarán determinadas por su valoración de las perspectivas de inflación a la luz de los nuevos datos económicos y financieros, la dinámica de la inflación subyacente y la intensidad de la transmisión de la política monetaria”.
“Dada la incertidumbre, lo mejor es tomar una decisión que creemos que es robusta”, ha defendido la presidenta de la institución, Christine Lagarde, durante su intervención. La decisión de subir los tipos no es unánime, si bien ha sido adoptada “por una mayoría muy amplia”, ha defendido la economista francesa, que ha explicado que 3 o 4 consejeros no apoyaron la decisión porque “querían más tiempo”. “El Consejo no propuso ninguna otra opción”, ha zanjado.
Por otro lado, el BCE asegura que está haciendo un “atento seguimiento” de las actuales tensiones en los mercados por la quiebra de varios bancos estadounidenses y la delicada situación de Credit Suisse y “está preparado para responder como resulte necesario a fin de mantener la estabilidad de precios y la estabilidad financiera en la zona del euro”.
“Estamos dispuestos a responder en caso necesario para preservar la estabilidad de precios y la estabilidad financiera en la eurozona”, ha reiterado la presidenta Lagarde que cree que “no hay conflicto entre la estabilidad financiera y la estabilidad de precios”.
El Consejo de Gobierno defiende que “el sector bancario de la zona del euro tiene capacidad de resistencia y posiciones de capital y de liquidez sólidas”. En todo caso, “el BCE cuenta con todos los instrumentos de política monetaria necesarios para suministrar apoyo de liquidez al sistema financiero de la zona del euro si fuera necesario y preservar la transmisión fluida de la política monetaria”.
Nuevas previsiones macro, ¿papel mojado?
Los anuncios de hoy vienen acompañados además de las nuevas proyecciones macroeconómicas del staff del BCE, que no obstante se realizaron a principios de marzo, antes de la reciente aparición de tensiones en los mercados financieros. En consecuencia, “estas tensiones añaden incertidumbre en torno a las evaluaciones del escenario de referencia para la inflación y el crecimiento”, reconoce el banco central.
Antes de estos recientes acontecimientos, la senda de referencia para la inflación general ya se había revisado a la baja, debido principalmente a una contribución de los precios de la energía menor de lo esperado anteriormente. Los expertos del BCE prevén ahora que la inflación se situará, en promedio, en el 5,3% en 2023, el 2,9% en 2024 y el 2,1% en 2025.
Al mismo tiempo, las presiones inflacionistas subyacentes siguen siendo fuertes. La inflación excluidos la energía y los alimentos continuó aumentando en febrero y los expertos del BCE esperan que se sitúe en una media del 4,6% en 2023, por encima de lo estimado en las proyecciones de diciembre. Posteriormente, descendería hasta el 2,5% en 2024 y el 2,2% en 2025, en un contexto de desaparición gradual de las presiones al alza debidas a las perturbaciones de oferta anteriores y a la reapertura de la economía y en el que el endurecimiento de la política monetaria frena cada vez más la demanda.
Las proyecciones de referencia para el crecimiento en 2023 se han revisado al alza hasta una media del 1,0% como resultado, tanto del descenso de los precios de la energía, como de la mayor capacidad de resistencia de la economía ante el difícil entorno internacional. Los expertos del BCE esperan que el crecimiento repunte posteriormente en mayor medida, hasta situarse en el 1,6%, tanto en 2024 como en 2025, respaldado por la fortaleza del mercado de trabajo, el aumento de la confianza y la recuperación de las rentas reales.
Al mismo tiempo, “el repunte del crecimiento en 2024 y 2025 es más débil de lo estimado en las proyecciones de diciembre debido a la orientación más restrictiva de la política monetaria”, señala el BCE.
Programas APP y PEPP
El tamaño de la cartera APP está descendiendo a “un ritmo mesurado y predecible”, dado que el Eurosistema no está reinvirtiendo íntegramente el principal de los valores que van venciendo. El descenso será, en promedio, de 15.000 millones de euros mensuales hasta el final de junio de 2023 y su ritmo posterior se determinará más adelante.
En lo que se refiere al PEPP, el Consejo de Gobierno prevé reinvertir el principal de los valores adquiridos en el marco del programa que vayan venciendo al menos hasta el final de 2024. En todo caso, la futura extinción de la cartera del PEPP se gestionará de forma que se eviten interferencias con la orientación adecuada de la política monetaria.
El Consejo de Gobierno promete que continuará actuando “con flexibilidad” en la reinversión del principal de los valores de la cartera del PEPP que vayan venciendo, con el objetivo de contrarrestar los riesgos para el mecanismo de transmisión de la política monetaria relacionados con la pandemia.