Bitcoin ha sido algo más que el centro del interés en la conferencia celebrada esta pasada semana en Miami por la que han pasado figuras de claro renombre del mundo criptográfico mundial, en una ciudad muy marcada por las criptomonedas. Recuerden que el pasado mes de agosto incluso comercializó su propia cripto, MiamiCoin.
Miami que ha creado el nuevo símbolo de las criptomonedas una especie de toro cibernético, mucho más avanzado en su configuración que el archifamoso de Wall Street, el Charging Bull, denominado Miami Bull y con un toque muy Transformers, ya que sus creadores participaron en el diseño de la película del mismo nombre. El toro simboliza, claro, la riqueza y la prosperidad. Como se pueden imaginar las imágenes de ambos toros, sobre todo por detrás, han supuesto todo tipos de comentarios en las redes sociales.
Pero más allá de la anécdota lo cierto es que todo lo vertido en la conferencia no ha logrado reverdecer a un Bitcoin que incluso ha perdido fuerza frente a la pasada semana con caídas en las últimas siete sesiones del 8,05%, mientras que en el mes avanza un 5,70%. Se mantienen los fuertes recortes semestrales, del 22,7% y en lo que va de año, aumentan las pérdidas hasta el 9,2% para el activo cripto.
Como se pueden imaginar hay tres presencias que hicieron estragos en la Conferencia, aunque de ella, hay que ser claros, no se ha producido ninguna novedad significativa. Ni tan siquiera previsiones de entidad para Bitcoin en el presente ejercicio. Eso sí, a medio plazo, sigue siendo una gran apuesta para los inversores. Es el caso de las intervenciones tanto de Michael Saylor como de Cathie Wood.
En el primer caso, el jefe de MicroStrategy destacó su optimismo ante el anuncio del presidente de Estados Unidos Joe Biden sobre el nuevo marco regulatorio de las criptomonedas, incluso el impulso del dólar digital, que considera un cambio de sesgo por parte de las autoridades y los políticos sobre el universo blockchain y ahora compiten, dice, por quién es más proBitcoin. Un gran impulso, que podría ser el empujón para el activo de cara a lo que necesitan los inversores institucionales para participar e invertir en Bitcoin.
Por su parte la responsable de Ark Investment destacó que cree firmemente en que la criptomoneda por excelencia del mercado es una cobertura contra la inflación, aunque considera que la innovación tecnológica creará enormes presiones deflacionarias que compensará la impresión de dinero de la FED.
Y mantiene abierta su propuesta de precio en un horizonte a 2030, ya saben, de posible valor de nada menos que un millón de dólares, siempre y cuando, claro cumpla una condición ineludible: que el 2,5% de todos los activos se asignen en Bitcoin, una vez que la tecnología permita mayor penetración en el mercado, con más eficiencia, lo que atraerá, estima, a un mayor número de usuarios.
Las palabras más disruptivas, sin duda, se las apuntó el creador de PayPal y uno de los, hasta febrero, mayores colaboradores de Mark Zuckerberg. Hablamos de Peter Thiel, que arremetió contra Jamie Dimon de JP Morgan, muy crítico siempre con Bitcoin e incluso contra otro inversor tradicional, Warren Buffet, contra lo que describe, en el mejor de los términos como “gerontocracia” sobre Bitcoin, por lo que considera que el inversor obstaculiza el desarrollo de la criptomoneda.
Lo considera “el enemigo público número uno”, en un discurso que abrió la conferencia y en el que señaló que más pronto que tarde el mercado de Bitcoin competirá de tú a tú con el mercado de acciones global con un valor superior a los 100 billones de dólares. Un inversor que no tiene problema con la enorme huella de carbono de las criptomonedas al poner en tela de juicio constantemente las necesidades de la inversión sostenible y bajo los principios ESG.
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