Bitcoin sigue siendo la representante más “legítima” de las criptomonedas, al menos en lo que a cotización y capitalización bursátil se refiere. Pero lo cierto es que el antes considerado como refugio que va a más en el mercado, ya no lo es, como ha demostrado en la pasada semana. Más allá de las potencialidades exageradas en su precio que le perfilan algunos famosos gurús de ese mundo de las divisas digitales, lo cierto es que, en los últimos meses se están destapando algunas creencias erróneas.
Como, por ejemplo, que se podía convertir en un refugio contra la inflación. El oro ha demostrado en esta última semana de caídas generalizadas en los mercados financieros a cuenta de la crisis que vive Ucrania y provoca Rusia, que es el dueño y señor en lo que a aversión al riesgo se refiere en momentos de aumento de la volatilidad.
Pero no es ni de lejos la única razón de la debilidad de Bitcóin en el mercado. Lo que hasta hace unos meses era apoyo generalizado de los estamentos, fondos y bancos, ahora con el riesgo creciente, se convierte en una huida a la espera de mejores tiempos, con el efectivo al alza y la minimización del riesgo, que representan el activo.
Y es que en los últimos días se han sucedido las críticas sobre el mundo de las criptomonedas. La de mayor impacto ha sido la del número dos, el vicepresidente de Berkshire Hathaway, el vehículo inversor del archifamoso Warren Buffet. Charlie Munger que ha llegado a calificar a bitcóin de “enfermedad venérea” para señalar que su precio se convertirá en cero a muy largo plazo.
En su gráfica de cotización, vemos que Bitcoin cede ya más un 10% en los últimos cinco días cotizados con un avance del 4,2% en el mes y un recorte del 34% en los tres meses precedente. En el año la caída es del 17,5% para bitcóin mientras que el saldo interanual también es claramente negativo con recortes del 31%.
Pero por esto no fuera poco, hay más: el G20 también ha cargado contra bitcóin al entender que las criptomonedas pueden poner en peligro, al no estar controladas por ningún organismo, al sistema financiero global. Su Consejo de Estabilidad Financiera ha realizado un informe en el que señala tres factores de riesgo importantes y que pasan por la escala a la que están llegando en general las monedas virtuales y, sobre todo, la velocidad a la que lo están haciendo, así como su interconexión, cada vez más directo al sistema financiero internacional. El segundo es la falta de regulación de la que se quejan todos los organismos multilaterales. Y un tercero que pasa por las debilidades propias que presenta el sistema criptográfico.
El FMI también se ha sumado a las críticas generalizadas. Su directora gerente Kristalina Georgieva destaca que las criptomonedas sin apoyo de un entre supranacional, no serán rivales para las monedas digitales de los bancos centrales. Todo ello tras señalar hace unas semanas a El Salvador, que no habría préstamos si sigue adoptando a bitcóin como moneda oficial en el país.
Además, acaba de actualizar sus riesgos el FMI, que dice, superan a los beneficios. Riesgos que pasan por su estabilidad e integridad financiera, por la protección al consumidor y los pasivos fiscales contingentes.
También, como indica cointelegraph.com, los mineros de bitcóin están vendiendo monedas de sus reservas, así como las empresas después del hundimiento de la minería de esta cripto que se produce desde noviembre pasado, con una caída media del 50,5% en los dos dispositivos más populares de minería, el Antminer S9 y el S19
Con lo que conlleva, en concreto, un retorno de la inversión que baja a mayor ritmo que el implementado en el precio de cotización de bitcóin frente al dólar.
El colofón a un horizonte negativo para la criptomoneda por excelencia lo pone el run run que apunta a que desde la Casa Blanca se espera que Joe Biden, tal y como hicieron sus antecesores establezca una orden ejecutiva sobre las criptomonedas de cara a su regulación completa esta misma semana. Mientras, el nuevo código ético de la FED publica su reglamento en el que, además de que sus miembros no pueden comprar acciones, bonos ni tampoco ponerse cortos en el mercado, también se abstendrán de invertir en criptomonedas, para evitar conflictos de intereses.
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