La situación actual del mercado es complicada y los inversores tienen, día sí día también, cuanto menos dudas por numerosos factores macroeconómicos que hacen tambalearse a los mercados. Sin embargo, si hay tanto miedo entre los inversores, ¿por qué sube la Bolsa?
Lo que estamos viendo es que el mercado está resistiendo razonablemente bien, con un arranque de año en los principales índices mucho mejor desde lo que se esperaba. Las razona son varias. En primer lugar, venimos de un 2022 que ha sido muy duro, con una práctica totalidad de las bolsas y los activos de riesgo han caído a plomo, los tipos de interés han subido mucho en un período muy corto de tiempo, tenemos una inflación todavía desbocada y muchos factores geopolíticos todavía pesando -China confinada y sin aportar crecimiento, un estrechamiento de las cadenas de su ministro y un dólar super fuerte-, y cuando arranca 2023 nos encontramos con un año que empieza en un entorno en el que se empiezan a hablar de parón en las subidas de los tipos de interés, con una inflación elevada pero más controlada, seguimos con problemas geopolíticos pero más estabilizados, termina el confinamiento en China, se piensa que se aportará más crecimiento y consumo, se normalizan las cadenas de su ministro, el dólar afloja y todo esto favorece al comercio internacional. También es evidente que, a pesar de las muchas dudas y dificultades, tanto la parte macro como la micro de la economía está aguantando bastante bien. Todo esto hace que las bolsas comiencen un año con mucha fuerza, más de la que se esperaba para el conjunto del ejercicio, pero centrándose sobre todo en valores que habían sufrido mucho en 2022, básicamente las grandes tecnológicas americanas (como hemos visto con NVIDIA) y también se han incorporado los valores del sector lujo en Europa. Los índices están subiendo, pero quizás esa subida no ha sido muy generalizada y se explica básicamente, por ejemplo en el caso del S&P500, en la coincidencia de subida con total precisión de las 10 mayores compañías por capitalización, que son al final las 10 mayores tecnológicas americanas. Por lo tanto, subida de las bolsas sí, pero más de los índices que de los valores individualmente, porque no todos han acompañado en la misma proporción.
Los grandes valores tecnológicos en EEUU están en pleno auge, pero la realidad es que se concentra en una decena de valores. Sin embargo, la inflación sigue siendo elevada y los tipos han subido en lo que va de año. Así que, ¿qué hay detrás del renovado repunte de las acciones de las grandes tecnológicas estadounidenses?
Quizás, en primer lugar, una normalización respecto a lo que se vivió en 2021 y en 2022. En 2021 estas empresas subieron mucho, los tipos de interés estaban en mínimos y se habían podido financiar muy bien, sin importar mucho los costes y su eficiencia. Con la crisis del Covid vimos que muchas de estas grandes tecnológicas lo que hicieron fue aumentar la facturación a cotas históricas; en ese momento los múltiplos de valoración no importaban nada. Otro tema muy importante era que los analistas fundamentales, que hacen sus valoraciones con los flujos futuros, básicamente el cash flow libre que generan las empresas, los descuentan a una tasa libre de riesgo y como los tipos estaban casi a cero, las valoraciones que se justificaban eran muy elevadas. En 2022 todo esto cambia, especialmente debido al fuerte aumento de los tipos de interés y de los costes y también por la guerra de Ucrania, y a estas empresas se les empieza a ver también por sus fundamentales y muchas de las empresas que habían subido con mucha fuerza bajan con mayor intensidad si cabe. Es un proceso que una vez más se repite. Ejemplos de ellos los vemos con Meta (Facebook), Alphabet, Apple, Amazon... En 2023 estas compañías vuelven a subir porque ese cambio de sentido en el péndulo realmente vuelve a hacer efecto. Hay muchas de esas empresas que realmente no necesitan financiarse para crecer, han ganado mucho dinero y tienen caja neta, no tienen deuda, por lo que hay analistas que se empiezan a dar cuenta que los valores que presentan son buenos después de bajadas absolutamente tremendas del 90-100%. En paralelo, ha aparecido otra cuestión que es el fuerte tirón de la inteligencia artificial, también de la computación en la nube, de la ciberseguridad, de los semiconductores... La inteligencia artificial ya provocó el pasado mes de febrero un fuerte tirón bursátil de las tecnológicas después de anunciarse la alianza entre Microsoft y Open AI, que es la empresa creadora de ChatGPT. Y esta inteligencia artificial se ha convertido realmente en el principal motor de las tecnológicas y por lo tanto de las bolsas este año. Prueba de ellos es que el NASDAQ acumula ya una subida importante del 30% en el año, mientras que otros índices como por ejemplo el S&P 500 también se apunta a las subidas gracias en parte a muchas de estas tecnológica, pero las alzas son mucho menores (9,14% en el año). Por su parte, los índices americanos con empresas más convencionales, más industriales, como el DOW JONES, está prácticamente plano en lo que llevamos de ejercicio. En el caso de las bolsas europeas, a pesar del impulso que tuvo el sector bancario en la primera parte del año, luego la crisis bancaria en Estados Unidos los tiró abajo, pero el relevo lo cogió el sector lujo y las empresas de defensa. En cualquier caso, los índices europeos tampoco alcanzan las subidas del Nasdaq; el EURO STOXX 50 tiene una subida de 13,97%, el DAX está en un 14,59% y el CAC 40 está en 11,74%
Según la última encuesta de Bank of America a gestores europeos publicada a mediados de mayo, el 53% de los encuestados augura correcciones para las firmas más cíclicas frente al sector farmacéutico y de utilities como los más populares de cara a los próximos meses. En este contexto, ¿qué compañías de estos sectores destacaría a nivel europeo?
Entre las utilities destacaría a ENEL, que sube en el año un 17%, impulsada también por la publicación de unas buenas cifras del primer trimestre y a la confirmación de las guías para este año por parte de la empresa, lo que da bastante confianza. Como puntos a favor encontramos su crecimiento en capacidad de producción por renovables; su buena evolución en la división de redes, que es un negocio regulado que aporta una cierta estabilidad al negocio; también está procediendo a vender activos que no son estratégicos y esto le va a permitir seguir el proceso de reducción de deuda neta (aunque la que tiene no es muy elevada); según su plan estratégico a 2025 su modelo de negocio va a ser más sostenible, más visibilidad en los resultados y el 90% de la producción va a proceder de fuentes no emisoras de CO2 frente al 68% actual, es decir, es una empresa que está haciendo bien su trabajo buscando producir en entornos de energía alternativa. Además, es una compañía que tiene una elevada rentabilidad por dividiendo (por encima del 7% a los actuales niveles de cotización) y dispone de un upside del 23% respecto al precio objetivo que marca el consensuo de mercado. En definitiva, es una empresa con estabilidad y que nos gusta. En el sector farmacéutico, que no es de los que más me gusta, podría señalar a Sanofi, que también ha presentado unos resultados correspondientes al primer trimestre bastante razonables, gracias sobre todo a los continuos ingresos por las ventas del antiinflamatorio Dupixent que han compensado el descenso de las ventas de otros medicamentos de manera que su beneficio ajustado antes de intereses e impuestos aumentó un 8,7% por encima de la estimación media de los analistas; también ha mejorado sus márgenes de explotación gracias al enfoque que está haciendo sobre productos de mayor valor añadido... Sin embargo lo que ocurre es que la empresa recorta sus guías de 2023 en cuanto a ventas al esperar un estancamiento de las mismas y un impacto desfavorable del dólar. A favor, destacamos su carácter defensivo, un muy bajo endeudamiento, una rentabilidad por dividiendo en el entorno del 4% y que está cotizando con un descuento también en el entorno del 15% respecto al precio objetivo que marca el consenso de mercado.
¿Cree que el resultado electoral en las elecciones autonómicas y municipales de España, consideradas una antesala de las generales que tendremos este verano, servirá para potenciar determinados sectores de la bolsa española? ¿Cuáles?
No me gusta mezclar mucho la política con los comentarios de bolsa, pero probablemente la política influye mucho. A primera vista, lo que veo es que si las elecciones generales las ganará el Partido Popular con el apoyo de Vox, quizás se planteen quitar los impuestos a sectores como el bancario y energético, quitarlos e incluso devolver lo ya pagado. Con estos impuestos extraordinarios, en el caso de la banca, los beneficios de las entidades afectadas por este gravamen totalizaron en el primer trimestre de 2022 poco más de 5.100 millones de euros, cifra que se elevó un 11% hasta los 5.731 millones de euros en el primer trimestre de 2023 después de asumir el golpe que para los bancos supuso el pago del impuesto; sin el impacto de este impuesto las entidades financieras habrían ganado durante el primer trimestre de este año casi 7.000 millones de euros, es decir, habrán ganado un 35% más que en 2022, aupados por la mejora de los márgenes y por la eficiencia. Es decir, si a los bancos se les exime de este impuesto mejorarían notablemente sus números, lo mismo podríamos decir de las eléctricas, ya que han sido unos 1.500 millones de euros el impacto que han tenido en las cuentas de las energéticas. Por ello, si hubiera una victoria de la derecha estos sectores podrían verse beneficiados.
¿Con qué valores del Ibex se quedaría en cartera de aquí a finales de año?
Vamos a proponer tres del IBEX 35. El primer valor es Amadeus, que avanza en el año un 38%. A nivel de beneficios y de ingresos las previsiones es que se sigan mejorando respecto de los malos resultados que han tenido que que sufrir como consecuencia de la pandemia una empresa que se dedica al sector turismo. Los últimos resultados presentados del primer trimestre muestran una buena evolución del tráfico aéreo, una buena actividad comercial, es un valor que tiene una buena solidez financiera, lo que le permite una generación de caja positiva y una reducción de la deuda que le llevará situar el ratio deuda neta/EBITDA por debajo de 1 en los próximos meses. Aunque todavía tarde un tiempo en recuperar las cifras pre pandemia la previsiones que lo haga ya durante el ejercicio 2024. Es un buen argumento también para creer en la consolidación de su recuperación que haya anunciado que volverá a pagar dividendo con cargo al ejercicio 2023. En el Ibex 35, sus acciones están rebotando sistemáticamente con tendencia alcista, pero a pesar de ello todavía está cotizando pues muy por detrás de cómo venía haciéndolo antes de la pandemia, por tanto si sigue mejorando su negocio debería también de seguir mejorando su su cotización.
Otro valor que que me gusta es Banco Sabadell; me gustan los bancos y no me parece justificable el castigo que han recibido su cotización por lo que ocurrió con la banca regional norteamericana. En el conjunto del año las acciones de Banco Sabadell suben gracias al buen comienzo de 2023 hasta el entorno del 10%, pero es verdad que desde marzo el valor ha estado cayendo. Sus gestores han mantenido la línea positiva para 2023 basándose en un fuerte crecimiento de márgenes, un coste bajo del riesgo, las partidas más importantes de la cuenta de resultados van a seguir avanzando positivamente, la morosidad está bastante contenida y su inversión en el Reino Unido evoluciona también de forma muy positiva. Después del castigo que ha tenido la cotización desde vuelve a tener otra vez unos múltiplos que son realmente realmente bajos, el precio valor contable está en 0,5 veces.
Por último, un valor que me gusta mucho que es Iberdrola; en este caso no tenemos ni la explosividad de Amadeus ni la caída de los últimos tiempos de Banco Sabadell, y es un valor que se está comportando de una manera un tanto más estable y sus subidas anuales ascienden a apenas un 5,33%. Cumple bastante bien y con precisión sus planes estratégicos, cuenta con mucha visibilidad en la constitución de sus objetivos -algo que el mercado y los analistas pues valoran mucho-, el crecimiento orgánico se sustenta en la buena evolución de todos sus negocios en todos los mercados en los que compite, es uno de los grandes players en energías renovables, no tiene problemas especiales ni con la inflación ni con los tipos de financiación y creo que todo este conjunto le va a permitir seguir remunerando generosamente al accionista. Ahora mismo está cotizando con muy poca diferencia respecto al precio objetivo de mercado, pero es un valor que no va a ningún tipo de susto y cuenta con una buena retribución vía dividiendos al accionista. De los tres valores del Ibex 35 comentados, sería el más el más estable de los tres.