Termina otra semana de volatilidad en los mercados, con la vista puesta en las negociaciones de paz entre Ucrania y Rusia, como explica la analista María Mira, que señala que ante cualquier noticia positiva, los mercados reaccionan al alza. Y hay además otros frentes abiertos, como la inflación o el comportamiento de los bonos.
Durante la semana se han ido conociendo cifras de IPC de varios países europeos, como Alemania, Francia o España; en todos los casos, los datos han estado por encima de las previsiones. Este viernes, llegaba el dato de la zona euro; se situó en marzo en el 7,5%, frente al 5,9% registrado en febrero, en lo que supone el mayor encarecimiento de los precios en la región del euro de toda la serie histórica, según la lectura preliminar del dato realizada por la oficina comunitaria de estadística, Eurostat.
Según la oficina estadística comunitaria, la escalada de los precios de la zona euro en el tercer mes de 2022 responde a la subida interanual del 7,8% del coste de los alimentos frescos, frente al 6,2% del mes anterior, mientras que la subida del precio de la energía se aceleró al 44,7% desde el 32% de febrero. A su vez, los servicios se encarecieron un 2,7% interanual, dos décimas más que en febrero, mientras que los precios industriales no energéticos subieron un 3,4%, frente a la subida del 3,1% del mes anterior.
Malas noticias para la economía y para un Banco Central Europeo que tiene la difícil tarea de intentar controlar la inflación, subiendo tipos, pero intentando proteger el débil crecimiento, algo que, al elevar tasas, puede resultar una tarea imposible.
Según apunta la analista, los inversores miran también de cerca la inversión de la curva de tipos en EEUU. "Muy pendientes de que esa inversión en la curva no se acerque en el tiempo y no se produzca en los plazos más cortos, que sería mucho más grave", explica la experta.
Y es que una parte clave de la curva de rendimiento se invirtió el jueves, según datos de Tradeweb, ya que el retorno de la nota del Tesoro de Estados Unidos a dos años subió por encima del de la nota a 10 años de referencia. Esa parte de la curva de rendimiento ya se había invertido el martes por primera vez desde septiembre de 2019.
Una diferencial negativo entre los bonos a dos años y 10 años es considerado por muchos como un augurio de recesión en uno o dos años.
A este respecto, es poco probable que Estados Unidos se enfrente a una recesión en los próximos dos años, a pesar de que los mercados de bonos envían señales de advertencia, de que la inflación está en su punto más alto en décadas y de que los riesgos geopolíticos van en aumento, dijeron gestores de cartera de PIMCO y Amundi.
Una parte de la curva de rendimiento del Tesoro estadounidense, muy seguida en el mercado, se invirtió brevemente el martes, una señal de que a los inversores les preocupa que las agresivas subidas de tasas de la Reserva Federal de Estados Unidos para frenar la inflación puedan llevar a la economía a una recesión.