Tras cerrar agosto en positivo, los mercados han comenzado con caídas en septiembre, un mes que, además, suele ser bajista. ¿Qué podemos esperar de las bolsas en las próximas semanas?
Efectivamente, los meses de septiembre y octubre suelen ser claramente bajistas. Además, en estos meses también han ocurrido tradicionalmente acontecimientos que han sido "cisnes negros" que han llevado a las bosas a ser claramente bajistas. Con todo, lo que tenemos para empezar es la resaca veraniega y después también partimos de una premisa clara y es que la bolsa, sobre todo la norteamericana, ha vivido un julio y agosto en máximos históricos. Por tanto, ante las incertidumbres que podemos encontrarnos en el horizonte, en esos precios necesitamos catalizadores para que las bolsas sigan subiendo. En el hipotético caso de que esos catalizadores no se produzcan o no veamos esa tendencia, obviamente se producen recogidas de beneficios como tiene que ser. En estos momentos nos encontramos con un escenario de previsión de bajadas de tipos, pero está por ver si las bajadas son tan pronunciadas y tan lineales en el tiempo como el mercado quiere y como Powell quiere marcar. Va a depender mucho de esa situación, igual que de los datos de paro, de los PMI manufactureros y de servicios, y de si nos encontramos con algún cisme negro en el ambiente. Creo que ahora mismo hay demasiadas incertidumbres como para ser claramente alcista, del mismo modo que tampoco debemos ser claramente bajistas, pero es cierto que septiembre suele ser un muy mal mes para la bolsa.
El miedo a que no se logre el ‘aterrizaje suave’ está siendo el principal lastre de los mercados bursátiles occidentales en este arranque de mes. ¿Cuál es su visión macro en este sentido?
Lo que a veces les ocurre a los economistas es que, en función de lo que sucede, se tiene una explicación u otra: en julio y agosto, como la bolsa estaba subiendo tenía una explicación y, ahora, en el mes de septiembre, como la bolsa corrige la explicación es la contraria. Estamos en un escenario en el que el miedo a un aterrizaje forzoso nos puede llevar a caídas en bolsa, pero creo que los catalizadores para que tengamos un aterrizaje duro en la economía no se van a producir o no tienen por qué producirse. Es cierto que, efectivamente, en Estados Unidos los datos macro no están siendo positivos, en parte porque Jerome Powell ha decidido empezar a bajar los tipos de interés en septiembre previsiblemente, cuando miembros de su gabinete ya comentaban que quizás en junio o julio podía haber empezado a hacerlo pero decidió postergarlo. El retraso de las bajadas de tipos ha hecho que la economía se vaya enfriando; y es que lo que no podemos esperar es que Powell no baje tipos de interés y que la economía no se resienta. Y en el momento en el que la economía empieza a resentirse es cuando Powell ha decidido bajar tipos de interés. Si la economía se hubiera enfriado en el mes de abril o mayo, probablemente hubiera empezado a bajar tipos en el mes de junio, pero la fortaleza y resiliencia de la economía norteamericana es lo que ha llevado a Powell a bajarlos en septiembre con el fin de evitar un sobrecalentamiento de la misma. Por tanto, creo que ese aterrizaje suave es lo que se va a producir. Sin embargo, el mercado, ante un posible aterrizaje brusco, con unos datos de paro en Estados Unidos que han pasado del 3.70 al 4.30, se lo ha tomado mal. Puntualizar también que se trata de un dato "engañoso", porque no se están produciendo despidos masivos ni un problema laboral, sino que la fuerza laboral que antes no formaba parte de los demandantes activos de empleo está empezando a entrar, y lo que está sucediendo es que no están encontrando un mercado que absorba esos nuevos demandantes de trabajo, de ahí el crecimiento de la tasa de paro.
A nivel sectorial, el recelo que muestran los inversores respecto al tecnológico es otro factor que está provocando otra oleada de correcciones. Un ejemplo claro lo tenemos en Nvidia y su desplome del martes...
Lo que no tenemos que ser es hipócritas, es decir, cuando la bolsa subió el año pasado y en el primer semestre de este 2024 de una manera exponencial, realmente no estaban subiendo de tal manera todos los valores de la bolsa, sino los Siete Magníficos. Un porcentaje muy importante de la subida del Nasdaq se debía fundamentalmente a NVIDIA y a otras compañías; lo que no podemos decir es que cuando la bolsa sube gracias a Nvidia subían todas las compañías (lo cual era falso), pero cuando cae la bolsa no caen todos sino Nvidia, es decir, estamos para lo bueno y para lo malo. Nvidia es, a mi modo de ver, la mejor compañía del mundo para estar ahora mismo, pero lo que sucede es que es una empresa que ha pasado de valer 300.000 o 400.000 millones a valer 3 trillones americanos en muy poco tiempo y obviamente hay un vértigo bastante significativo. Además, Nvidia se ha encontrado con varios problemas durante el camino. Primero, en el momento en el que la compañía empieza a despuntar como una de las más grandes del mundo, Joe Biden considera que determinados semiconductores que fabrica no deben venderse en el mercado chino porque pueden tener aplicaciones militares; en ese momento Nvidia recortó un 10%, después de una subida brutal. Ante esto, Nvidia sacó un chip que cumplía los requisitos de Joe Biden y de la administración norteamericana para poder venderlos en China, recupera ese 10% y sigue escalando de una manera muy significativa. En estos momentos, nos encontramos con varios problemas: tiene una investigación por parte del gobierno norteamericano porque considera que es monopolista, pero lo es porque tiene un tamaño que puede mover el mercado y puede realizar desarrollos tecnológicos que sus competidores no. Esta investigación genera mucha incertidumbre, que aumenta aún más por su valor en bolsa y el miedo a comprar sus acciones, que se han triplicado. Por otro lado, la guerra comercial entre EEUU y China puede generar ciertos problemas para Nvidia y otra serie de competidores. Pero lo que tenemos que tener claro es que si lo consideramos en el medio largo plazo, una compañía como Nvidia tiene mucho recorrido porque la IA generativa es el futuro y las empresas necesitan los chips que hoy fabrica.
¿Puede decirse que, si las grandes tecnológicas empiezan a hundirse, también lo harán las bolsas en general?
Creo que sí, por la sencilla razón de que nunca en la historia seis o siete compañías, como sucede ahora, tienen un peso tan relevante dentro de los índices. A día de hoy el peso que tienen Apple, Microsoft, Nvidia, Amazon, Meta y Alphabet es absolutamente desproporcionado. Entre los 6 o 7 más grandes pesan más del 30% del sector. Por ello, ahora mismo todos los fondos que están referenciados al índice, tienen que tener esas compañías. Si esas compañías caen da igual lo que haga el resto, el mercado va a caer. Pero del mismo modo, el año pasado cuando los índices subieron de una manera exponencial, subieron gracias a esas 6 o 7 compañías, mientras que el resto o muchas de ellas no subieron absolutamente nada o incluso bajaron. Lo que sí que está claro es que ahora mismo la gestión activa para los fondos es clave el tener o no tener estas compañías; del mismo modo que era clave tenerlas el año pasado, a lo mejor ahora mismo es clave no tenerlas para que tu fondo pueda intentar batir al mercado.
En España, Inditex e Iberdrola terminaron agosto en máximos históricos. ¿Cuáles son las apuestas de inversión en bolsa española para esquivar el miedo a otro temblor bursátil?
Las apuestas son un poco las mismas, es decir, valores como Inditex, Iberdrola o Endesa, compañías que tienen unos ingresos bastante recurrentes y previsibles, con unas cuentas de resultados bastante visibles y sin grandes sobresaltos, con un buen dividendo y con un tamaño considerable para evitar esas oscilaciones en bolsa. A día de hoy, si tenemos en cuenta que la inflación está bastante controlada, tener un dividendo importante nos cubre la inflación, por tanto, si somos un inversor a medio-largo plazo y no nos preocupa tanto el ruido mediático de los próximos meses, tener un dividendo que cubra la inflación es suficiente en un escenario como este en el que nos podemos encontrar con enorme volatilidad. Eso es por lo que Inditex ha tenido tan buen resultado, porque es una compañía recurrente que cada vez gana más dinero, que reparte un dividendo muy previsible, sin miedo a posibles profit warning o una disminución de la remuneración al accionista... y obviamente ahora mismo eso es lo que prima. En un escenario como el que tenemos actualmente, eso es lo que deberíamos de buscar.
El oro continúa viviendo un 2024 al alza y cotiza en el entorno de los máximos históricos de los 2.500 dólares. ¿Qué hay detrás de esta subida?
Lo que hay es miedo, es decir, el Oro al final es un refugio y se ha comportado como tal, igual que lo hizo en el pasado el dólar. Cuando empezó la guerra entre Rusia y Ucrania, el dólar pasó de estar en el entorno del 1,12-1,15 a llegar a valer 1,04-1,05 obviamente, porque al final buscas una reserva de valor y el dólar tiene ese comportamiento. Lo mismo sucede con el oro, que se ha comportado como valor refugio en un momento en el que nos encontrábamos sin ningún tipo de remuneración por parte de las entidades financieras y había cierto miedo. Huía el dinero de la renta fija (que no generaba rentabilidad) y por tanto aquellos gestores que tenían que diversificar su cartera tenían que buscar alternativas a la renta fija y a otra serie de productos que no daban ninguna rentabilidad, como era por ejemplo la liquidez, y entraron en el oro. ¿Por qué ahora mismo sigue subiendo? Por un efecto dominó, es decir, antes nos encontrábamos con una situación en la que el oro estaba subiendo pero también estaba subiendo el dólar y, si tenemos en cuenta que la onza de oro cotiza en dólares, nos está generando una doble rentabilidad. En estos momentos, hay una corrección del dólar ante una perspectiva de bajada de tipos por parte de la Reserva Federal y el precio del dólar ha pasado del 1,06-1,07 a estar ya en el 1,11. Por tanto, eso también está ayudando a que la onza suba para compensar esa caída del precio del dólar. Por tanto, creo que de momento el precio del oro se va a mantener estable y es posible que haya algo de subida, en tanto en cuanto nos encontremos con esta volatilidad, y cuando se produzcan bajadas de tipos la renta fija volverá a generar valor y es posible que los gestores que tienen oro comprado diversifiquen hacia la renta fija.