La volatilidad de los rendimientos de la deuda pública se ha visto acentuada por los cambios drásticos en las expectativas de los tipos de interés oficiales, pero se sitúan en niveles muy superiores a los registrados en la mayor parte de la última década. En consecuencia, la renta fija puede competir por fin con la renta variable como clase de activo generador de rendimientos.
El crédito con grado de inversión en el Reino Unido y EE.UU. ofrece rendimientos muy superiores al 5%. Los mercados de alto rendimiento ofrecen más del 7%. Está claro que los activos tradicionales generadores de rentas han vuelto a entrar en el juego.
¿Menos riesgo?
Los bonos pueden ocupar ahora el lugar que les corresponde en las carteras diversificadas, al tiempo que otros activos ofrecen tanto ingresos como la posibilidad de obtener plusvalías. Creemos que actualmente ofrecen una fuente de ingresos de menor riesgo.
Esto no quiere decir que los bonos estén exentos de riesgo. Pero los rendimientos disponibles proporcionan una cierta comodidad, así como la posibilidad de obtener rendimientos superiores a la inflación. En un mundo incierto, creemos que los argumentos a favor de mantener bonos en su cartera son más sólidos de lo que lo han sido desde hace tiempo.
Para todos los gustos
El vasto universo de la renta fija puede ofrecer opciones para todos y cada tipo de bono merece un lugar en una cartera diversificada. Como hemos mencionado, la deuda corporativa de alto rendimiento puede ofrecer rendimientos cercanos al 8%. Aunque este mercado conlleva riesgos si la economía mundial se ralentiza, también ofrece posibilidades de revalorización del capital si la situación macroeconómica sigue mejorando.
Aportando estabilidad
En el otro extremo del espectro, los bonos del Estado pueden, una vez más, brindar estabilidad potencial en una cartera diversificada de activos de riesgo. El riesgo para esta clase de activos procede principalmente del mejor resultado económico posible, en el que repunte el crecimiento y vuelva la inflación. Pero es probable que esta situación ayude a las clases de activos de mayor riesgo.
El crédito con grado de inversión debería ofrecer un poco de ambas cosas. El rendimiento del grado de inversión se compone de una combinación de rendimientos de la deuda pública subyacente y primas de crédito, también conocidas como diferenciales. Un resultado económico negativo puede provocar un aumento de esos diferenciales, pero obligaría a bajar los rendimientos. Por su parte, un resultado económico positivo puede hacer subir los rendimientos, pero manteniendo a raya los diferenciales.
De nuevo en el juego
La popularidad de la renta fija, de todas las clases y magnitudes, está volviendo. Los rendimientos son competitivos y relativamente atractivos; los mercados son líquidos y accesibles, y es probable que la volatilidad de los bonos sea sustancialmente inferior a la de la renta variable.
Todos los datos proceden de Bloomberg a 26 de abril de 2024. Sólo con fines ilustrativos. No deben hacerse suposiciones sobre rentabilidades futuras.