El inicio de 2021 ha sido interesante tanto desde el punto de vista económico como para los mercados. La renta variable ha experimentado una fortaleza constante, alimentada por una política monetaria muy acomodaticia, por el estímulo fiscal (especialmente en EE.UU.) y por la expectativa de una mayor relajación de los confinamientos a medida que continúa la implantación de los procesos de vacunación. Los beneficios empresariales y el crecimiento económico han demostrado ser más resistentes de lo que muchos temían a finales del año pasado y, por tanto, se ha mantenido el soporte de los beneficios para los mercados de renta variable.
Desde el punto de vista económico, desde principios de año hemos mejorado nuestras expectativas de crecimiento mundial. Esto se debe principalmente al importante gasto fiscal adicional que se va a producir en Estados Unidos, lo que impulsará el crecimiento del país, sobre todo en los próximos años y que tendrá efectos positivos en el resto del mundo. Eso, al menos, mientras no se produzca un endurecimiento compensatorio de las condiciones financieras.
Mientras tanto, se ha hecho más visible una posible salida de la pandemia, a pesar de los problemas iniciales en el reparto de las vacunas en Europa continental y de un calendario aún más retrasado en la mayoría de las economías en desarrollo. Ahora esperamos que sigan existiendo pocas restricciones formales a la actividad económica más allá de este año, excepto para los viajes internacionales. El resultado es que esperamos que la economía mundial crezca a un ritmo superior a la tendencia en cada uno de los próximos tres años, con una expansión especialmente fuerte en el sector de los servicios.
Sin embargo, no se debe olvidar que es probable que la pandemia siga causando daños duraderos a la economía mundial, especialmente en Europa y América Latina. Y las imágenes que estamos viendo de Brasil e India nos recuerdan terriblemente la posibilidad de que aparezcan nuevas cepas virales más transmisibles y virulentas que podrían mantener la pandemia durante más tiempo del previsto en nuestras previsiones de base.
Desde la gestora, siguen opinando que esta situación será temporal y efímera, y que los bonos alcanzarán su punto máximo en la mayoría de los países a principios del verano boreal. La economía mundial tiene una enorme capacidad sobrante que tardará en erosionarse; las expectativas de inflación son bajas y están ancladas; y los bancos centrales tienen mucho margen para contener la inflación si es necesario.
Perspectivas del mercado
La renta variable podría encontrar un impulso en el entorno de crecimiento mundial y en la probabilidad de que se produzcan varios trimestres de fuerte crecimiento de los beneficios.
Las áreas del mercado que antes no eran apreciadas, como el valor y (algunos) valores cíclicos, podrían disfrutar de los mayores repuntes de los beneficios, lo que los haría atractivos, al menos durante algunos trimestres. Es cierto que los múltiplos de beneficios son elevados, y existe un claro riesgo de que la reanudación de la subida de los rendimientos de los bonos le afecte negativamente.
También son conscientes en Aberdeen Standard Investments de que la composición sectorial de la recuperación económica y de los beneficios es probable que sea bastante diferente a la de ciclos anteriores. Esto se debe a que los servicios fueron los más afectados por la pandemia y, por lo tanto, serán los más beneficiados por los programas de vacunación y la normalización de la actividad. Sin embargo, hay que tener en cuenta que las perspectivas macroeconómicas, aunque positivas, son complejas e inciertas. Del mismo modo, las denominaciones de "valor" y "crecimiento" no captan el verdadero nivel de varianza y complejidad dentro de estos mercados. Por lo tanto, siguen creyendo que sigue siendo apropiado mantener sobreponderada la renta variable, pero con un equilibrio constante en la cartera entre las áreas de crecimiento más cíclicas y más seculares.
Por lo que respecta a los mercados de renta fija, las ventas en los mercados de deuda pública (y en particular en el mercado de los bonos del Tesoro de EE.UU.) han hecho que esta área parezca más atractiva. Los diferenciales de crédito en la mayoría de los mercados parecen caros en comparación con las medias históricas. Sin embargo, nuestras expectativas de un fuerte repunte del crecimiento económico cíclico, el probable carácter transitorio de una deberían actuar como ancla, reduciendo el riesgo de un aumento más sostenido o agresivo de los diferenciales.
El rendimiento de la deuda de los mercados emergentes puede ser un poco más variado, dado que los efectos indirectos del crecimiento estadounidense serán moderados, y el aumento de los rendimientos de los tesoros estadounidenses podría presionar a los bancos centrales de los mercados emergentes para que endurezcan su política. Además, las condiciones financieras chinas se están volviendo menos acomodaticias, así como la mencionada escasez de vacunas en algunos países. En este contexto, una cuidadosa selección de países y valores será más importante que nunca.
Sin embargo, se han seguido viendo más transacciones (aunque todavía no muchas) en algunas de las áreas más difíciles del mercado. Aunque se trata de precios que pueden no gustar a los vendedores, son una señal más alentadora. Del mismo modo, aunque hay muchos interrogantes sobre las futuras prácticas laborales, debería haber oportunidades en el mercado de oficinas en zonas que puedan adaptarse al cambiante panorama laboral.
Así pues, hay mucho que pensar de cara al verano y más allá. Sin embargo, al igual que en la última publicación de perspectivas de la gestora, la gestora señala que gran parte del optimismo de los inversores se basa en una trayectoria benigna de un virus que, por decirlo suavemente, ha sido difícil de pronosticar, y en el despliegue de una vacuna que está resultando problemático para algunos países.
En Aberdeen Standard Investments, creen que como siempre es necesario una visión que de importancia a las carteras equilibradas. Del mismo modo es importante que se realice una cuidadosa presupuestación del riesgo para estar preparados para los periodos de mayor volatilidad que esperamos que sigan siendo una característica de los mercados en los próximos meses.