Existe un gran desconcierto e incertidumbre. “Falta electricidad porque tienen déficit de gas diariamente por la mala gestión política y la corrupción. A nivel económico, la razón fundamental es que las infraestructuras energéticas están obsoletas. Como consecuencia de las sanciones, no se han efectuado inversiones extranjeras en Irán y no se han modernizado las infraestructuras energéticas. Por si fuera poco, el país se ha embarcado en una guerra encubierta (o no) con Israel y éste ha explotado dos gasoductos, lo que provocó que el gobierno iraní tirara de las reservas de emergencia de gas, que se han agotado”.
Con el gas que tiene el gobierno tiene que decidir: suministrar a los hogares o a las empresas. “El 90% de los hogares de Irán despende del gas para calentarse y cocinar y ahora en invierno esa demanda se ha incrementado. Por eso el gobierno ha decidido suministrar el gas a los hogares para evitar una revuelta y ha cortado a las empresas eléctricas, de forma que no pueden quemar gas para generar electricidad. Esto ha perjudicado a las pequeñas y medianas más que a las grandes. Pero este recorte en el suministro no es único, también tienen problemas en abastecimiento de agua y la divisa tiene una caída libre frente al dólar”.
Una situación dramática, dice Cava, para un país rico asentado sobre unos recursos naturales enormes y que por la gestión llevada a cabo está sufriendo.