¿Cree que los planes de pensiones deberían ser más flexibles en lo que respecta a plazos y entradas y salidas de capital? ¿Homogeneizar con respecto a Europa?
“No hay grandes diferencias entre lo que tenemos aquí y fuera en cuanto a número de distintos vehículos. La gran diferencia es que en otros países se permite aportar más. No comparto con que se reduzcan las aportaciones.
La variedad de vehículos es importante para la jubilación como en otros países”.
¿Cuál es ese límite que se va a imponer?
“Parece que se va a bajar a 8.000 euros de aportación anual. Se está discutiendo sobre si se va a permitir que a los mayores de 50 años puedan aportar una cifra más elevada.
Respecto a la liquidez se va a ampliar la liquidez de los planes de pensiones, que hasta ahora eran ilíquidos, y se permitirá rescatarlos a partir de los 10 años. Se podrá hacer en cualquier momento”.
En España los planes complementarios representan un 8% del PIB, muy por debajo de la media. ¿No tendrá esto relación con el salario mínimo también?
“La pensión pública en España ha sido de las más altas de los países de nuestro entorno. Hay un ratio que se llama el ‘índice de reemplazo’ y es el porcentaje que supone tu pensión con respecto a tu última nómina. En países de nuestro entorno se sitúa, en término medio, en un 40/50%; en España, hasta hace bien poco, se colocaba en el 80%. Cuanta mayor protección haya del Estado, menos interés tendrás en complementar esa pensión pública”.
¿Cómo será el sistema de pensiones dentro de 20 años?
“Las recientes reformas garantizan que el sistema de pensiones sea sostenible en el largo plazo. Tendremos pensión. No habrá una quiebra del sistema y por eso se ha reformado para que así sea, pero la pensión pública será menor con respecto al último salario.
No va a desaparecer la pensión pública, pero bajarán”.
¿Es partidario de que las empresas guíen, como mínimo, a sus trabajadores en estos planes de pensiones?
“Sí. Es muy importante. Buena parte de la diferencia que tenemos respecto a otros países es que el pilar de la empresa está mucho más desarrollado que aquí. Hay un círculo empresa-asalariado- seguridad social. No sé si de carácter obligatorio, pero sí hacerlo, como en otros países, optativo.
En Reino Unido, por ejemplo, a cada asalariado le detraen la parte que él decide de la nómina para la pensión futura”.
¿Con qué años hay que empezar a ahorrar para la jubilación y qué porcentaje de nuestro salario?
“Cuanto antes mejor. Para eso tendremos que haber tenido inculcada esa cultura del ahorro. Ojalá con la primera nómina y si no, cuanto antes mejor.
Los números cambian. Un buen complemento se puede obtener dedicando entre el 10% y el 15% de tu salario mensual a un vehículo. Todos los vehículos son válidos. A más plazo, más renta variable puedes asumir y siempre mirando la rentabilidad financiero-fiscal”.
A raíz del estallido de la burbuja inmobiliaria, ¿es previsible que veamos un movimiento de esos flujos de ahorro hacia planes de pensiones?
“Claramente. La concentración de ahorro que ha habido en vivienda se va a equilibrar con respecto a otros vehículos, hacia un ahorro más financiero. La gente se ha dado cuenta que las viviendas también pierden valor y de manera fuerte”.
¿A qué está sujeto un plan de pensiones desde el punto de vista tributario?
“El plan de pensiones, de forma muy sencilla, tiene unos costes de administración y gestión. La aportación que hagas va a poder ser desgravada en la Declaración de la Renta. Hay una evidente ventaja fiscal.
Lo que hace el sistema es que tributas al final. Ahora no se pueden rescatar (los planes) salvo casos concretos, hasta los 65 años. En ese momento, tendrás que tributar. Es un diferimiento fiscal. Lo que la ley cambia ahora es que esa tributación que antes era obligatoria, ahora se realizará a los diez años (si se quiere rescatar)”.