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Comenzamos marzo habiendo dejado atrás la primera corrección de calado en los mercados desde junio de 2016. ¿Cree que es algo que deberíamos esperar de nuevo este año?

No, vamos a tener más volatilidad en 2018. Creo que la corrección fue saludable, que el mercado lo necesitaba ya que se había subido demasiado y muy rápido.  Creo que en un contexto de reducción de liquidez y unas valoraciones relativamente altas vamos a ver más episodios de volatilidad.

Precisamente marzo va a ser un momento crucial para los bancos centrales, con la FED subiendo tipos casi con total seguridad y el BCE que puede cambiar algo el sesgo de su discurso. ¿Cree que los mercados se han empezado a dar cuenta de que este largo periodo de expansión monetaria se va a acabar?

Creo que en algún momento del año pasado vimos cierto temor ante los movimientos del BCE cuando, de repente, el crecimiento se aceleró más de lo esperado y los inversores comenzaron a pensar que la institución iba a comenzar a retirar los estímulos (QE) más rápido, o antes… Eso causó una especie de reacción, especialmente en el bund.

Creo que ahora el mercado ha preferido fijarse en la FED que estado haciendo lo que había dicho que iba a hacer. Así que la institución está moviendo tipos, la rentabilidad de los bonos y el mercado se están acomodando y espera al menos tres subidas de tipos este año y creo que eso también es saludable. A principios de año, como no se habían producido muchos cambios desde 2017 todo parecía demasiado bueno y demasiado fácil. Como no era posible continuar de esa manera, el mercado necesitaba un baño de realidad.

Desde finales de este año hemos oído a muchos expertos que 2018 iba a ser el año de Europa… y no parece que va a ser así.

Desde las elecciones francesas del año pasado todo parecía encajar. La economía estaba creciendo, la recuperación estaba expandiéndose a más países, el BCE no iba a comenzar a retirar los estímulos monetarios demasiado pronto, los grandes temores concernientes al populismo se habían evitado. Aunque los mercados lo hicieron bien, no lograban superar a Estados Unidos, aunque todo indicaba que debería haber sido así. 

Este año las expectativas son las mismas porque las perspectivas de crecimiento son aún mayores para Europa. Aparte de las elecciones italianas, el mercado no parece tener muchas más preocupaciones en Europa. ¿Esto significa que Europa tenga que subir más que otros activos?

Hay que tener en cuenta que en Estados Unidos estamos viendo nuevos estímulos que vienen de la mano de la reforma fiscal, la rentabilidad de las compañías, el crecimiento también está aguantando bien… Además, hay una parte del mercado a la que no se puede acceder en Europa. Hablando claro, me refiero a la revolución tecnológica se está produciendo en Estados Unidos, quizá también en China, pero no en Europa.

Ha hablado de la reforma fiscal en Estados Unidos. Esta medida, a la que quizá habría que sumar el programa de infraestructuras… ¿cree que son buenas medidas o cree que pueden sobrecalentar la economía?

Sobre el programa de infraestructuras no tengo claro cuándo se va a poner en marcha, qué se va a poner encima de la mesa, ni cuándo, así que esto lo dejaría a un lado en la ecuación. 

La economía americana no necesitaba realmente la reforma fiscal. Creemos que va a impulsar la economía, pero no la va a sobrecalentar. Vemos que las empresas lo están haciendo mejor y que quizá podríamos ver un aumento de la actividad de fusiones y adquisiciones.

Nuestro escenario base es que no vamos a ver un sobrecalentamiento de la economía tal que vaya a exigir más subidas de tipos de interés por parte de la FED

¿Ve algún tipo de riesgo en este escenario que, en principio, parece bastante positivo?

Creo que uno de los riesgos puede darse por una posible decepción si el mercado sigue exigiendo mejoras en el crecimiento. El crecimiento puede aumentar, pero las expectativas podrían ser demasiado elevadas. Así las sorpresas positivas que hemos visto en los últimos seis o nueve meses –o quizá más- pueden desaparecer y los números coincidir con las estimaciones o decepcionar. Esto puede ser un riesgo para los mercados, probablemente más tarde en la segunda parte del año.

Este viernes se celebra el noveno aniversario del mercado alcista en el S&P 500. ¿Cree que tiene recorrido aún?

Creo que continuará algo más. No creo que se pueda esperar la misma rentabilidad que en 2017 porque no creo que se pueda esperar una mayor expansión de múltiplos. Pero el crecimiento es positivo, la inflación no es problemática, la FED no va a ser tan agresiva como el mercado está esperando, así que considero que el mercado va a seguir subiendo.

¿Cree que este movimiento va a seguir siendo liderado por el sector tecnológico en Estados Unidos? ¿Cree que sigue siendo atractivo en términos de valoración?

Depende de las métricas de valoración que se miren. Algunas métricas tradicionales como el PER hacen que tanto el mercado americano como la tecnología parezcan caros. En Natixis somos gestores activos y nuestros gestores son capaces de encontrar oportunidades incluso en un mercado que parece caro y algunas de ellas están en el terreno de la tecnología ya que nuestros expertos creen que tienen potencial alcista.

Desde una perspectiva de más largo plazo, si piensa en los cambios que algunas de estas compañías están generando: ser más móviles, publicidad online…. Todos ellos son catalizadores que no se van a acabar en el largo plazo y por eso creo que todavía hay un gran potencial.

¿Hay que confiar en las FAANG?

No es un término en el que yo me pararía o que haya que usar para generalizar. Consideramos que hay que mirar compañía a compañía en cada escenario. Pero lo diría de esta manera: no estoy preocupada por el sector tecnológico por ahora.

¿Qué otro sector le gusta en este escenario?

Vemos muchas oportunidades en el entorno de las pequeñas y medianas compañías en EEUU y Europa. En EEUU por el impacto de la reforma fiscal y en Europa porque están muy orientadas a la economía doméstica y son menos sensibles a la fortaleza del euro.

Creo que veremos más potencial en financieras, las industriales y las empresas relacionadas con el aumento del consumo en los países emergentes.

Teniendo en cuenta que los mercados emergentes son un universo en su conjunto, ¿le gustan?

Sí. El crecimiento global es bueno, lo que es bueno para los mercados emergentes porque aumentan la demanda. En países como China el crecimiento está aguantando bien, con lo que también lo hace el consumo.  De hecho no vemos ningún riesgo sistémico en China por el momento.

Cambiamos de continente y pasamos a América. Hablamos de México, que se enfrenta a un año complicado, con las elecciones de Mayo, la negociación del Nafta y, quizá, ¿el muro con Estados Unidos?

México es un país que nos gusta mucho desde una perspectiva de largo plazo. Podemos ver algo de volatilidad en el corto plazo quizá relacionada con el NAFTA, aunque parecen estar gestionándolo bastante bien. Quizá algo más alrededor de las elecciones ya que hay dudas con respecto al líder de la oposición.

¿Y con respecto a Brasil y a su situación política?

Lo positivo de Brasil es que han salido de la recesión en un entorno de subida de los precios de las materias primas. Hemos visto menos noticias con la situación política, aunque no creo que se haya solucionado, desde el punto de vista de un inversor creo que debería estar bien por ahora.