¿Cuáles son los principales retos a los que nos enfrentamos en esta Era Digital?

Los principales retos se agrupan básicamente en uno, conectar con las personas en las que queremos influir. A su vez, este reto podemos declinarlo en tres: conseguir ser relevantes, ser diferenciales y ser muy ágiles, es un entorno que exige una agilidad que no exige otros medios.

¿Qué ventajas ofrece el entorno digital?

La principal ventaja es poder influir de manera desintermediada, como corporación, institución, particular o marca. Tenemos la oportunidad de influir en grupos sociodemográficos, targets o usuarios de una forma directa. Si bien es cierto, esto nos lleva de nuevo al reto. Sin esa conexión, esa influencia no se da.

Además, otra ventaja es el poder generar una conversación que se traduzca en lo más práctico en esa conexión que nos lleve a ser una preferencia en los grupos de usuarios en los que queremos influir, ya sea para que cambien un hábito de consumo, cambie un punto de vista o que cuando lleguen al lineal de compra, nos compren.

¿Qué desventajas o peligros podemos encontrar?

Estamos muy expuestos. Esa desintermediación nos deja desprotegidos, tanto como corporación, personas e individuos, marcas, organizaciones… y eso significa que en cualquier momento puede estallar una crisis que, igual que hablaba de la necesidad de ser ágiles para aprovechar el medio y abordar el reto de la conexión, esta crisis se puede mover de una forma muy ágil y muy rápida y esto nos exige estar preparados.

El entorno digital nos brinda una grandísima oportunidad, pero también nos expone ante un gran reto y debemos estar preparados y tener un plan para abordar esa situación de potencial crisis. El hecho de estar expuestos a la percepción de tercero que, a su vez, también pueden compartir, nos obliga a tener un plan.

¿Cómo ha evolucionado la comunicación en los medios digitales?

Hemos pasado del monólogo al diálogo y quien no lo entienda no está explotando al máximo las ventajas y oportunidades que ofrece el medio digital.

La evolución va de ser emisor a ser emisor a la vez que receptor.

En lo más práctico ha evolucionado en formatos; en lenguajes, ahora nos comunicamos con gifs o memes incluso en entornos con cierta seriedad; los formatos, el texto ha dejado paso al vídeo y este convive con el audio.

No sabemos cómo seguirá siendo su evolución. Hasta hace poco Club House iba a ser un club que iba a ser lo más y ahora nadie se acuerda de él. Volvemos a esa agilidad que declina en poder adaptar un contenido a distintos formatos y lenguajes.

En el contexto digital, el concepto de contenido líquido cobra su máxima expresión.

¿Cómo podemos impactar al usuario en medio de tantos contenidos?

No hay una fórmula mágica, pero sí es el abrazo de dos conceptos: Por un lado, la relevancia, el ofrecer un valor a una audiencia sea cual sea; y, por otro lado, la capacidad de difundir tu contenido por un canal, algo que implica una inversión publicitaria.

Creer que el medio digital es gratuito no es correcto, tienes un modelo de negocio que pasa por inversión publicitaria. En este sentido, puede haber y debe buscarse un equilibrio entre un contenido relevante que trabaje la influencia y un empujón desde un ecosistema de marketing digital, el más adecuado para la audiencia a la que vayamos y el objetivo que tengamos, pero se basa en ese mix, ya que de otra forma, tener cierta visibilidad roza casi lo imposible.

¿Cómo podemos aportar valor a los contenidos?

Se trata del triángulo entre legitimidad, relevancia y diferenciación. Relevancia es clave y, en este sentido de cómo aportar valor, es que cómo compañía, que estoy aportando o solucionando a la persona a la que quiero influir. Puede ser desde el mensaje, no tiene que ser exclusivamente desde un producto o servicio, se trata de cómo puedo interesarle.

Hablamos muchas veces de ‘aporta o aparta’ y aquí esto cobra un doble sentido y es casi un KPI a perseguir porque es un entorno extremadamente saturado en el que debemos sobresalir.

¿Qué papel juega la privacidad y la seguridad en este entorno?

Privacidad y seguridad son dos palabras que deben ir de la mano a la hora de establecer una relación con las personas en las que queremos influir. En este sentido, el papel es el del respeto. En el momento en el que vulneramos ciertas medidas de privacidad o ciertas cuestiones de seguridad, perdemos cualquier posibilidad ya no de ser relevante para los usuarios, sino de poder conectar con ellos.

Hay que ser extremadamente cuidadoso y no buscar terceras vías para intentar romper o saltarse ciertas medidas de privacidad y seguridad y esto es tan sencillo como utilizar textos claros, que no tengan doble negación...

Si bien es cierto, las plataformas han abusado y han llevado al límite cuestiones de privacidad, sobre todo, en el momento en el que se han empezado a poner restricciones sobre la mesa, cuando el usuario se ha empoderado y le ha dado más valor a su privacidad vs el uso que pueda hacer de cualquier plataforma. Es una exigencia. Igual que a la hora de comprar cualquier producto exigimos calidad y precio, a la hora de usar cualquier solución digital o navegar por el sistema digital, el usuario cada vez es más consciente de sus derechos y exige un respeto y velar por su privacidad y la seguridad del entorno.

Hay mucha desinformación en este sentido. El usuario es consciente de que es un derecho, pero no sabe en qué momento se puede llegar a vulnerar y es clave que como usuarios estemos informados en ese sentido y que desde las compañías y las organizaciones que les ayudamos a generar y construir su posicionamiento al derivar la comunicación y a generar influencia, lo respetemos y lo trabajemos de forma excelente.