Esta semana la situación macro gira en torno a la reunión de la FED. El momento económico está muy pendiente de la evolución de la inflación, tanto en EEUU como en Europa. ¿Qué previsiones manejan para el IPC de España y cuándo será pico en la inflación?
Nuestras previsiones están muy alineadas con el consenso. Creemos que va a seguir por encima de los dos dígitos unos meses más pero que tocaremos techo a finales de año para que se cree una pequeña meseta durante el primer trimestre de año y luego vaya corrigiendo gradualmente hasta que determinados efectos base empiecen a surtir, porque no podemos olvidar que el rally de precios energéticos empezó en febrero de 2021 y tenemos un efecto que atenuará la senda de subidas.
Por otro lado, se está viendo que la subida de precios ha sido más persistente de lo que podríamos pensar en el inicio de la guerra pero las expectativas de inflación están ancladas y las negociaciones salariales son muy tímidas, por lo que no hay efectos de segunda ronda y en torno al 2T del año veremos una desaceleración importante en los precios. Eso no quiere decir que tengamos IPC del 1% sino algo más cercano a un rango entre el 3-5.5% a lo largo del próximo año.
¿Cree que se están tomando las medidas más acertadas para contener el avance de la inflación?¿Hay riesgo de que los bancos centrales se pasen con las subidas de tipos y esto derive una potencial recesión como la que descuentan muchos analistas?
Las medidas son paliativas e improvisaciones de corto plazo que denotan la ausencia de medidas estructurales en el pasado para agilizar los diferentes factores que tenemos. En aras de proteger al consumidor y a las rentas más bajas, determinadas medidas de límites de precios pueden atenuar el shock aunque creo que de una forma muy limitada. Las verdaderas medidas de ajustes de precios o límites de la inflación tienen que ser un pacto de rentas, esto es, que sector público, privado y familias nos repartamos a partes equivalentes el shock de la inflación y estemos dispuestos a perder una parte de nuestra renta real y absorber esto lo más rápido posible. Pero a corto plazo, determinar determinadas franjas de la cesta del IPC a la que se exponen más las familias es lo necesario para que no haya una crisis social.
En cuanto a los Bancos Centrales, ¿cómo lo ve?
El mundo converge a determinadas políticas y acciones pero de momento están en tempos diferentes. No se puede comparar la inflación en España o Europa con EEUU, que es una inflación de recalentamiento y por el lado de la demanda de la economía. Una estrechez del mercado laboral con puestos de trabajo que n ose cubren, con una inflación core creciendo por encima del 6% necesita un ajuste de tipos importantes que lleve al endurecimiento monetario a terreno negativo a comienzos del año. La inflación superará el 4% en EEUU y en el 4.5% tocará pico. No conozco ningún capítulo en la historia en que los ajustes en política monetaria sean suaves en la economía.
En Europa, no parece que la política monetaria deba tener el mismo tono. Es necesario que sea restrictiva pero los problemas de demanda son mucho más flojos, estos problemas de precios son de oferta derivado de la crisis energética, que ha permeado a gran parte de la cesta de la compra y, cuando uno usa otras medidas de precios como el deflactor del PIB ve que el aumento del precio no se extiende toda la economía. Hay que tener cuidado con qué políticas se llevan a cabo. Aunque llevar la política a terreno restrictivo que puede estar en torno al 2% es necesario, la agresividad de la subida y el marco temporal no puede ser como el de la FED porque no se trata de tamizar un exceso de demanda. Se debe implementar lanzando el mensaje de que se controlarán los precios pero siendo conscientes de que es un shock de oferta que no necesariamente se puede mitigar solo con política monetaria.
Una de las primeras reacciones que ha tenido la subida de tipos ha sido el repunte del Euríbor hasta niveles récord desde 2009. ¿Cómo ven el inmobiliario español?
El repunte del Euribor ha sido previsible y está en una senda dentro de la normalidad cuando la política monetaria tiene algo de actividad. El sector inmobiliario español está sobrecalentado, está a niveles de precios comparables a lo que sucedía en España en la crisis de 2008 aunque la banca española está mucho más saneada, con niveles de mora más bajos, las familias españolas están más saneadas, no hay un exceso de crédito y creo que esto hace que sean situaciones diferentes. Un ajuste real de la economía vinculado a destrucción de demanda por aumento de precios, costes financieros que pueda llevar a un ajuste del mercado inmobiliario es esperable. Entre otras cosas porque este mercado va a la par de la inflación. Eso se tendrá que corregir. Por lo tanto, veremos un ajuste de los precios a la baja, no creo que sean agresivo como el que tuvimos en el pasado y a corto plazo las políticas de tipo hipotecario se centrarán en el tipo variable. Pese a que le Banco Central Europeo está normalizando su tipo de depósitos, no habrá remuneración al ahorro. Los bancos están centrados en otra manera de hacer negocio.
Hay muchos titulares que apuntan a una posible recesión en España ¿Cómo lo ven?
Somos más partidarios de encontrarnos una desaceleración fuerte con relativa y persistente inflación que, en cierta manera, no son mejores noticias que una recesión. La naturaleza de una recesión es tocar fondo y ajustar, suele tener un rally al alza después con lo que gran parte del año hecho se recupera. Pero un crecimiento muy moderado en su salida que no produzca la generación de empleo necesaria para volver a llevar al mercado de trabajo a niveles más normales para nosotros hace que el escenario no sea muy propicio. Vemos una desaceleración acusada de la actividad a finales de año con riesgos de que se convierta en recesión si la política monetaria es más restrictiva.
Una de las grandes incertidumbres que tiene la economía europea es la crisis energética, sobre todo problemas con el gas natural ruso que pesan sobre las perspectivas de crecimiento. ¿Cree que la UE tendrá que aplicar racionamiento, con cortes de suministros selectivos, o no ven un escenario tan negativo?
Aunque es un factor negativo juega a nuestro favor una desaceleración de la demanda importante que hará que la industria de gran consumo tenga que producir menos para abastecer toda la demanda y demandará menos energía. Y eso da cierto margen para el consumo de la demanda. A nivel de las familias también depende. Los problemas de Rusia no se solucionarán a corto plazo y algo de racionamiento encontraremos pero no me imagino un invierno tan fuerte donde sea necesario tirar mucho del gas. La sequía y el calentamiento que esta pesado en Europa puede jugar a nuestro factor en términos de no demandar tanta energía. Además, Europa ha hecho sus deberes en el acopio de gas y no creo que el racionamiento sea tan dramático.