Hoy, tecnologías como el IoT, la inteligencia artificial, la sensorización, el Big Data y, en general, lo que llamamos digitalización, hacen posible enfrentarse a estos retos con un alto grado de precisión, buscando que los usuarios disfruten de una experiencia segura y satisfactoria.
En general, cuando pensamos en la tecnología para el transporte moderno pensamos en trenes aerodinámicos, en autobuses eléctricos, en autopistas amplias y seguras o en tranvías silenciosos, es decir, en aquello que experimentamos en primera persona. Lo que vemos y tocamos.
Sin embargo, cuando hacemos uso de las infraestructuras de transporte estamos rodeados de “otras tecnologías” menos visibles, pero igualmente importantes. Estas tecnologías tienen detrás a empresas innovadoras, como Revenga Smart Solutions, que invirtiendo en I+D aportan al mercado de la “smart mobility” sistemas que utilizamos todos los días y que hacen posible que paguemos con comodidad, que tengamos la información que necesitamos, que funcionen los accesos o las instalaciones de una estación; es decir que percibamos que todo funciona y que la atención al usuario cumple con los estándares que todos esperamos. Los sistemas de ticketing, de información al pasajero o de gestión de estaciones de Revenga, que millones de pasajeros en todo el mundo, incluidos muchos de los que están leyendo este texto, utilizamos todos los días sin saberlo, consiguen que todos nos sintamos como individuos mientras formamos parte de una gran masa de personas.
Las soluciones tecnológicas de Revenga Smart Solutions también hacen posible que nos transportemos con seguridad. Así, cuando atravesamos un paso a nivel SIL 4, cuando viajamos en un tren dando por hecho que tanto el propio tren como la infraestructura sobre la que viaja están correctamente inspeccionados y en perfectas condiciones de seguridad, o cuando entramos en una estación y las agujas dirigen al tren en la dirección adecuada, funcionando sin problemas incluso a temperaturas extremas porque existe un sistema de calefactores de bajo consumo, se lo debemos al ingenio de empresas tecnológicas que, como RSS, han dedicado años al desarrollo de estos sistemas específicos, imperceptibles, pero necesarios para evitar inconvenientes e incluso accidentes.
En los próximos años veremos como la tecnología para la movilidad inteligente continúa evolucionando. Esto será así gracias a las grandes empresas que desarrollan las infraestructuras y los medios de transporte, ya sean autobuses, trenes o automóviles. También se deberá a las aportaciones de empresas tecnológicas que impulsarán una mejora continua en sus nichos de mercado, sin cuyo emprendimiento no podremos alcanzar el objetivo último de todos los participantes en esta industria, que no es otro que alcanzar una total seguridad, avanzando hacia objetivos como que los 1,3 millones de muertes que se producen en las carreteras cada año, vayan reduciéndose hasta llegar a cero.
Este empeño es asunto de todos, empezando por gobiernos, órganos regulatorios, la industria y los usuarios. La determinación existe, como prueba el hecho de que, hasta 2030, se espere un crecimiento interanual del 17% de la industria de la movilidad inteligente a nivel global.
Por último, no podemos olvidar que, además de perseguir objetivos de seguridad y capacidad para dar un servicio fluido y satisfactorio a millones de usuarios, la movilidad inteligente también contribuye a conseguir que el transporte sea cada vez más sostenible.