Hemos visto en bolsa cómo los semiconductores es uno de los sectores que más ha sufrido en bolsa este verano pero tras una primera mitad del ejercicio más que buena. Pero más allá de los mercados ¿ Cuál es la foto que nos puedes dibujar en estos momentos sobre el sector?
A ver, al fin de todo, los semiconductores es un sector estratégico que no va a hacer más que crecer, en mi opinión. Es un sector que ya tiene un mercado de más de 500.000 millones de dólares y pensemos que los semiconductores son los bloques constituyentes de la economía digital. Pasan desapercibidos, pero cada uno de nosotros tiene alrededor de 200 chips electrónicos a nuestro alrededor. Chips en la cafetera, en el microondas, en la lavadora, en el coche, en el teléfono móvil. Chips en los robots, en los dispositivos médicos, en cualquier dispositivo electrónico, en el consumo.
Es decir, son fundamentales. Son fundamentales, la demanda no va a hacer más que crecer porque todos somos cada vez más exigentes en el consumo de inteligencia digital. Y eso especialmente se disparó desde la pandemia, en que hubo una sobre demanda. Cada vez queremos más comunicaciones online, más vídeos en streaming.
Por tanto, no va a hacer más que crecer. Y por otro lado, es un sector que requiere una gran acumulación de conocimiento. Es decir, no puede entrar cualquiera en cualquier momento. Si miráramos los modelos de estrategia clásicos, diríamos que son elementos insustituibles, inimitables, y donde las barredas de entrada son altísimas. Por tanto, es un sector que es fundamental para la economía global y que, en general, es un sector en crecimiento que pinta bien.
La llegada de la IA a nuestras vidas pasa por los chips de alto rendimiento y eficiencia energética, en la que todos los países quieren estar. Hemos visto el ejemplo de la Unión Europea, pero también de China que ha elevado su inversión en este campo. Cuál es tu opinión.
A ver, aquí hay que diferenciar entre los chips, que como he dicho, son los componentes fundamentales, y lo que son las aplicaciones. Y ahora la gran última ola de aplicaciones es la inteligencia artificial, que se sustenta, obviamente, en una tipología específica de chips. Los chips son dispositivos de silicio que se hacen con arena de playa. Es decir, aquí no hay un tema de recursos fundamentales, de recursos naturales.
El silicio es arena de playa purificada. Esto es simplificando, pero para entendernos quién puede fabricar o producir chips, no es quien esté más cerca de las minas de materias primas. Es aquel que haya acumulado talento para gestionar un proceso que tecnológicamente es muy complicado. Pensemos que los chips que nosotros queremos, los de última generación, como tú dices, están grabando a escalas nanométricas, preatómicas. Es decir, esa arena de playa tiene circuitos dibujados en su superficie a nivel casi atómico, más allá del átomo no hay nada.
Lo que vendrá después es la computación cuántica y otro tipo de tecnologías. Pero algunas compañías, de esas que ahora están sufriendo en bolsa, son capaces de grabar los chips a escalas casi atómicas. Esto es un milagro de la tecnología. Por eso digo, esas compañías son extremadamente sólidas. No todo el mundo lo puede hacer, solo lo pueden hacer unas pocas, que además tienen que ser cada vez más grandes y con mayores inversiones, porque la tecnología es muy, muy complicada y el mercado es muy, muy exigente.
Pero eso es la realidad que tenemos en cuanto a la fabricación de chips. Fabricación de chips que afecta no solo a los mercados. Es decir, esto no es una cosa que al final vaya simplemente a aplicaciones de mercado. Esto afecta obviamente a todo tipo de dispositivos médicos. Los sectores sanitarios pues dependen también fundamentalmente de la calidad y cantidad de chips que tengan, sistemas energéticos, ciberseguridad, defensa, etc. Y en un contexto de nueva guerra fría, pues aún hay más tensión geopolítica, geostrategica por el control de los chips. Esta es la foto en cuanto a los chips.
Si nos vamos por el lado del mercado, ¿qué nos encontramos? Pues que ahora está disparándose la demanda de inteligencia artificial, que ha llegado a nuestras vidas, especialmente ha llegado desde la irrupción de ChatGPT el 30 de noviembre de 2022. Eso quedará como una fecha icónica en la historia de la tecnología. ChatGPT es digamos el primer dispositivo de inteligencia digital que es capaz de interactuar en el lenguaje natural de una forma muy avanzada con humanos. Y ahí están pasando varias cosas. Bueno, primero esto fue una disrupción, sorprendió a todo el mundo. Dos, ese espacio de mercado se va a cubrir con otros. O sea, ahí entra inicialmente una empresa que es OpenAI participada por Microsoft, pero es lo que pasa cuando alguien innova, que el resto, cuando se descubre una gran oportunidad de mercado, el resto intenta imitarla. Y viene Google, y viene Meta, y viene Amazon y todos intentaron estar ahí. Porque parece que el momento es difuso. O sea, esas aplicaciones, cómo se van a concretar nuestras vidas.
Eso se está formando, pero igualmente no va a hacer otra cosa que crecer. Estamos en un momento, como los ordenadores en los 80. Si recordáis, el primer ordenador que tuve yo era un commodore. Luego vinieron los spectrum. Y las empresas del momento, estaban ahí compitiendo en un mercado que era muy inmaduro, pero que era un mercado explosivo, expansivo. Eso es lo que está pasando por el lado del mercado con la inteligencia artificial.
¿Estamos ante un campo de inicio absoluto, en sus primeros estadios, en el que el horizonte actual puede no corresponder al futuro que se dibuje?
Yo creo que vamos a ver cosas realmente increíbles. Yo creo que ChatGPT es solo la punta del iceberg de una revolución tecnológica que está por venir. Nos ha sorprendido a todos, ¿por qué? Porque la imagen que teníamos de la inteligencia artificial era una imagen asociada a tareas analíticas, tareas racionales, tareas de cálculo. Todas ellas requieren chips y chips muy avanzados, ¿no? Pero sorprendentemente, la inteligencia artificial generativa está dando respuesta a tareas creativas, a tareas intuitivas, a tareas de soporte en el pensamiento estratégico. Esto era inesperado. Hoy, pues estamos viendo cómo compañías utilizan inteligencia artificial generativa para acelerar sus procesos de I +D, cómo las utilizan para plantear el desarrollo de nuevos productos, para plantear nuevas hipótesis.
Es decir, lo que estamos viendo en cuanto a impacto de mercado va más allá, creo yo, de lo que era previsible hace muy poco. Lo que pasa es que hay que concretarlo. La inteligencia artificial de la cual estamos hablando, básicamente el 'deep learning' basado en redes neuronales todavía falla. Hay momentos en los cuales decimos alurcina, es decir, da una respuesta que no es correcta, incluso a veces es aberrante. Eso se va a corregir, se va a corregir con el tiempo. Hay unas inversiones con propiedades ahí astronómicas por parte de países, por parte de grandes corporaciones. Por tanto, sí, el mercado va a ser seguramente más imprevisto respecto al que nos imaginamos inicialmente, mucho más orientado a tareas creativas, estratégicas, intuitivas, etcétera y probablemente, mucho más grande
La geoestrategia parece ser uno de los grandes riesgos con esa feroz competencia entre Estados Unidos y China, pero en la que también ha entrado en juego la Unión Europea, y el resto de actores del tablero global. ¿Cómo puede influir en su evolución?
Es otro factor de aceleración, sin duda. Pensemos que nosotros hemos vivido en un paradigma, y en un mundo, que creíamos que era estable. Y esto incluso se teorizó. Hay ensayos, libros que marcan una época. Yo recuerdo ahora, por ejemplo, el fin de la historia de Francis Fukuyama, año 89, cae el muro de Berlín, la Unión Soviética se disuelve, y un sociólogo norteamericano nos dice que se ha acabado la historia, el fin de la historia. Lo que nos estaba diciendo es que la previsión que teníamos para el mundo es que, todos los países, uno tras otro, iban a caer en democracias, en libertad de mercado, en capitalismo, en nuestro sistema, el sistema occidental, que sin duda ha sido el sistema que más prosperidad ha creado durante los últimos 50, 60 años, más prosperidad y más libertad. Bien, esto no va a ser exactamente así.
Si ahora miramos cuál es el estado del mundo, si trazamos una diagonal, imagínate desde Manchuria hasta la Patagonia y pasamos por Rusia, por Oriente Medio, por el Cauca o por África, pues muchos países, lamentablemente, no son, todavía democracias, no son capitalismos de mercado. Por contra, emerce un gran rival, que es China. China que hace 20, 25 años no contaba en el escenario científico técnico, pues ahora es una superpotencia científica tecnológica e industrial que se opone, en cierto modo, a lo que es el mundo occidental con otro modelo. Esto ha abierto una nueva guerra fría. Fíjate, no se ha acabado la historia, decíamos, la historia va a ser estable, pues no. Ha vuelto a haber una fragmentación entre bloques. Y esos bloques, donde van a competir o con qué van a competir, básicamente con alta tecnología.
O sea, quien controle las fuentes tecnológicas, quien domine la ciencia y la tecnología dominará no sólo el mercado sino también los sistemas sanitarios energéticos de ciberseguridad y de defensa. Por tanto, nuevamente, ya tenemos un gran factor de aceleración para los chips y para la inteligencia artificial
Otro factor fundamental es la evolución exponencial de los centros de datos, donde EEUU no tiene rival, pero al que se van sumando más en el mundo ¿Qué evolución prevés en esta materia? ¿Y en el caso de España?
Estamos hablando ahí nuevamente del frente de la inteligencia artificial. Es uno de los múltiples frentes que afectan este sector de la tecnología, de los semiconductores, de la electrónica avanzada, etcétera. La inteligencia artificial, como te he dicho, nos ha sorprendido. Y está llegando al mercado con multiplicidad de aplicaciones, algunas de las cuales no son maduras, algunas de las cuales no eran previstas, pero en general, está entrando en muchos más sitios de los que inicialmente se contemplaba tan corto plazo. Hay gente que dice que cualquier dispositivo de electrónica que no tenga una interfaz de inteligencia artificial probablemente se ha considerado obsoleto en poco tiempo.
Ha llegado a nuestra vida los grandes modelos del lenguaje, ChatGPT es el ejemplo. Y seguro que todos hemos jugado con chatgpt desde nuestras casas. Hemos hecho preguntas, nos ha contestado, nos ha hecho gracia, etcétera. ¿Cómo puede acabar todo esto? ¿Cuál puede ser el modelo dominante, el diseño dominante de la inteligencia artificial o qué puede democratizar al final la inteligencia artificial? Efectivamente, que estos grandes modelos del lenguaje lleguen a nuestros hogares, les podamos preguntar cualquier tipo de cosas, nos apoyen en nuestros estudios, en nuestras investigaciones, en todo lo que es nuestra vida personal y además se adapten progresivamente a nuestra realidad.
A nivel corporativo ¿eso qué significa? Pues fíjate si hace 50 años la inteligencia digital llegó encapsulada. No sé si lo recordáis, con una marca que era Intel Insight, pero que venía a decir comprábamos un ordenador que ponía Intel Inside. Lo que venía a decir es yo no soy un ordenador IBM, que es quien realmente estructuró aquella arquitectura, pero dentro llevo inteligencia de Intel, llevo inteligencia de primer nivel. Podríamos ver corporaciones OpenAI Insight, corporaciones Google Insight, corporaciones Microsoft Insight, donde tengas una cápsula que es la empresa y todos esos datos de la empresa se envíen a la nube y un gran súper ordenador en algún lugar procese esos datos y de las soluciones adaptadas a esa compañía, sea una compañía bancaria, sea una compañía de gran distribución. Por ejemplo, donde ponemos los productos en los lineales de un supermercado.
Es un problema de datos muy complejo que la inteligencia artificial podría resolver, podría darte una disposición idónea de los 50.000 productos que hay en una gran superficie comercial para optimizar tus ventas. ¿Eso que significa? Que esa superficie comercial tiene que acceder o tener un gran centro de datos a su alcance. ¿Eso que significa? Que todas las compañías del mundo probablemente quieran acceder o disponer de centros de datos de ese nivel. ¿Y eso que significa? Que los centros de datos probablemente se vayan a desplegar por todo el mundo en los próximos años. Centros de datos y centros de supercomputación. ¿Y eso que significa? pues que compañías como Nvidia que hacen los procesadores adaptados a este tipo de centros probablemente tengan altas expectativas de mercado
Uno de los factores que más ha potenciado a compañías como Nvidia es, por un lado su capacidad de adaptación a las nuevas tendencias, desde las criptomonedas a los juegos pasando por los centros de datos, y, por el otro, la progresión geométrica de sus estimaciones que se han batido trimestre tras trimestre hasta el presente. ¿Consideras que puede ser la empresa con más futuro o todavía está por llegar?
Yo creo que Nvidia ha jugado muy bien sus cargas estratégicas en los últimos dos décadas. Bueno, la tecnología que tiene era óptima para procesado de gráficos y bueno por una serie de temas tecnológicos y de aplicaciones matemáticas es óptima también para el tratado de grandes matrices en el mundo de la inteligencia artificial. Con lo cual Nvidia tiene el camino digamos más rápido al desarrollo de grandes procesadores para la inteligencia artificial cuando chat gpt y los grandes modos lenguajes despegan pues Nvidia tiene una gran tracción de mercado y esto es lo que ha hecho probablemente que los últimos meses o años se ha disparado exponencialmente también su valor de mercado. Claro, llegar a un nivel de control tecnológico que tiene Nvidia no es inmediato, es decir es una compañía que levanta fuertes barreras de entrada porque sabe hacer cosas que otros no saben hacer. Y esas cosas parece que van a ser extremadamente necesarias, con lo cual, yo creo que está en una posición estratégica muy buena aunque sometida a las turbulencias de mercado, y esas indefiniciones que te he comentado antes de que no sabemos, al final, la inteligencia artificial dónde va a entrar, con qué grado de eficiencia y con qué velocidad.