Estados Unidos ha confirmado que enviará 31 carros de combate M1 Abrams a Ucrania, aunque éstos tardarán meses en ser operativos en el campo de batalla, debido a sus necesidades logísticas y al entrenamiento al que deberán someterse los soldados ucranianos que los manejan. Así lo ha declarado el presidente estadounidense, Joe Biden, en lo que constituye posiblemente la mayor escalada en las ayudas a Ucrania desde que comenzó la invasión rusa hace once meses, ya que los tanques estadounidenses se suman a 16 Challenger británicos, y más de 70 Leopard-2 fabricados por Alemania pero en uso de la mayor parte de los aliados europeos de la OTAN.
Biden ha insistido en que la medida "no es una amenaza ofensiva contra Rusia", sino que "se trata de libertad; libertad de Ucrania; libertad de todos". En sus declaraciones, el presidente estadounidense insistió en que Washington solo quiere que Ucrania mantenga su integridad territorial.