Entrevista realizada por Manuel López Torrents y Silvia Morcillo
Partimos de los años 1980, entonces la bolsa era algo pequeño, casi familiar - 88 agentes de cambio y bolsa que obtenían su plaza por oposición - y con poco accionista individual. “La mayoría de las órdenes se cogían por la red bancaria que después daba las órdenes a los agentes, que las ejecutaban en el propio parqué. Poco a poco se fue ampliando el círculo de potenciales inversores y las familias empezaron a tomar más participación en algo que hasta esa época era bastante ajeno a la forma de invertir de las familias”. Entonces entró en vigor la Ley del Mercado de Valores.
El cambio que tuvo la situación económica vino del cambio del régimen político, en primer lugar, al pasar a una democracia y, en segundo lugar, de la entrada en España en la Comunidad Económica Europea en 1986. En ese momento España despierta el interés de los inversores internacionales que piensan que es un país muy potente, con una clase media abultada con buenos técnicos, capital humano de primera calidad y además integrado en Europa. Eso se percibía en el mundo, España era el lugar a invertir. Ese es el germen de AB Asesores donde Garralda coincide “con dos amigos de mi juventud, como son Pedro Guerrero y Salvador García Atance. Este último, entonces Técnico Comercial del Estado destinado en Inglaterra, nos dijo que había una apetencia por invertir en España enorme. Hasta entonces ningún inversor institucional tenía asesoramiento ni sabía en qué empresa invertir. Había un hueco. Nos convenció de la idea y en 1983 fundamos AB Asesores”.
Entonces toda la economía nacional y todas las empresas tenían una fase alcista. “Cogimos una bolsa subiendo: desde 1983 hasta 1987, entonces llegó el crash (lunes negro) que nos hizo dudar si habíamos hecho lo correcto pero en 1988-1989 se recuperó y vimos que teníamos una carrera de lo más atractiva en el futuro asesorando a inversores extranjeros para invertir en bolsa”. AB Asesores llegó a convertirse en la mayor cartera de poder financiero de España hasta que fue adquirida en 1999 por el banco de inversión Morgan Stanley.
Un proyecto muy activo en el que “teníamos claro que queríamos hacer algo, teníamos una sociedad muy exitosa, con mucho talento, éramos todos muy jóvenes y vimos que había que internacionalizarse. En un momento vimos la posibilidad de que saliese a bolsa con el 30% del capital en manos de AIG, que estaba dudando en vender, pero cuando nos confirmó que no quería vender su participación la otra alternativa fue vendérsela a alguien que pudiera desarrollar la carrera para el resto de minoritarios. Morgan Stanley fue la oferta más atractiva, no la más alta, y la que más iba con el carácter de AB Asesores”.
“La supervisión del sistema financiero ha mejorado mucho, está muy afinada, pero el sector bancario está sobrerregulado”
En 2002 entra en el Consejo de Administración de Mutua Madrileña, en 2005 es nombrado Vicepresidente, y en enero de 2008 asume la Presidencia Ejecutiva del grupo asegurador y de su Fundación. En esos años vivimos la burbuja de las puntocom, crisis financiera de 2007 - 2008 que tiene que ver mucho en España con el sector inmobiliario y donde la regulación y supervisión no estuvieron muy atentos porque el recalentamiento del crédito se veía, decía Pedro Guerrero. “La bolsa llegó a su máximo en noviembre de 2007 y yo entré como Presidente de la Mutua con la bolsa y la economía cayendo a plomo. Entonces se estaban yendo a razón de 50.000 mutualistas al año, reconvertimos la parte de seguros de autos que era prácticamente lo único que hacía la compañía, hicimos un ajuste de las tarifas bastante valiente y como consecuencia de ello conseguimos que la curva de mutualistas fuera ascendente”.
En relación a la crisis, dice Garralda, “nadie se esperaba que fuera de esa magnitud. La sociedad se dio cuenta de que el sistema financiero no estaba bien regulado ni supervisado y eso todavía lo estamos pagando porque la brecha del sistema financiero en relación a la sociedad sigue abierta. Es responsabilidad del sistema financiero que se vaya cerrando y que los ciudadanos confíen más en los que están en puestos ejecutivos del sistema bancario, bursátil o de seguros”.
Si bien es cierto que la supervisión del sistema financiero ha mejorado mucho - los ejecutivos en puestos relevantes saben que tienen que rendir cuentas - y está muy afinada, quizás dentro del sector bancario “existe una hiper regulación que tiene cierto carácter penitencial. Esto hace que las empresas se muestren muy rígidas para cumplir con las normas, haciendo que se ocupen menos de la estrategia empresarial, que debe ser lo primero en la ocupación del ejecutivo”.
"Hay que prestar atención a que la diversificación no acabe siendo dispersión, que es el gran riesgo cuando te internacionalizas"
Una estrategia empresarial que ha llevado a cabo en su papel como presidente de la Mutua, en la que no sólo consiguió frenar la sangría de mutualistas sino que inició la expansión fuera de Madrid y fuera de España, con la compra de BCI Seguros (empresa chilena en la que posee el 60% del capital) y Seguros del Estado (colombiana de la que posee el 45%). “Tenemos mucha potencialidad dentro de España y queremos seguir creciendo aquí pero vimos que diversificar era bueno y salir fuera de España también. Teníamos claro que no queríamos empezar desde cero y que la estrategia era entrar en los mercados objetivo con un socio local muy potente”. Aunque no descartan nuevas operaciones en Perú y México, reconoce que España todavía seguirá siendo muy potente con atención en que “la diversificación no acabe siendo dispersión, que es el gran riesgo cuando haces operaciones internacionales. Por eso el énfasis en tener un modelo consistente basado en un socio local en un país con seguridad jurídica y prosperidad económica”.
A pesar de la solvencia que tiene el sector asegurador español, y de estar preparado para fenómenos extraordinarios, las pandemias como la que vivimos en 2020 y que aún hoy sigue vigente, son todo un reto para el sector. En España existe el Consorcio de Compensación de Seguros que cubre determinados eventos derivados de la furia de la naturaleza (terremotos, volcanes…) pero no cubre pandemias. “En 2020, las compañías de seguros de salud hemos cubierto todos los daños de la pandemia aunque no estuvieran cubiertos por la póliza porque estaba en juego nuestra reputación. Pero ahora tiene que haber un mecanismo para ver cómo se puede cubrir el riesgo de pandemias, que actualmente es todo un desafío”.
Cuando se habla de retos, es importante hablar del papel que jugarán las grandes tecnológicas dentro de un sector como el asegurador. “Amazon, Google o las grandes tecnológicas son una amenaza para todo el mundo que tenga una empresa porque se puede meter en cualquier sector.Todos estamos pendientes de cualquier movimiento, por mínimo que sea, que hagan estas compañías”. El presidente de la Mutua reconoce tener una relación muy directa con las InsurTech “para apoyarlas vía inversiones y seguirlas para tratar de identificar de dónde pueden venir los ataques de los grandes operadores y cuáles pueden ser objeto de compra por nuestra parte o
de incorporar innovaciones. Las InsurTech no son competencia sino aliadas porque si algún día tenemos que competir con Google o con Amazon, nos darán una ayuda adicional para mantenernos a resguardo”.
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